El Día del Patrimonio Nacional, tradicionalmente se celebra el último Domingo de Mayo, según Decreto Supremo N° 252, no obstante, este año tendrá una segunda versión en honor al cumpleaños número 200 de nuestro país.
En este Bicentenario de Chile, cabe destacar que Iquique cuenta con muchos sitios de interés, la mayoría emplazados a lo largo de Calle Baquedano que, dicho sea de paso, es considerada Zona Típica y se incluye en lo que se denomina patrimonio.
Sin embargo, en esta ocasión me referiré al Muelle Techado de pasajeros “Prat”, ubicado frente al edificio Rimac (ex - Aduana), a un costado de la Gobernación Marítima, que el 15 de mayo de 1987 por Decreto Supremo N°213 fue declarado Monumento Histórico. Desde éste se puede abordar las embarcaciones que realizan los paseos a la Boya, lugar que indica el sitio donde Arturo Prat saltó al abordaje del Huáscar y dónde se hundió la Esmeralda, cuyo naufragio es Monumento Histórico sumergido desde el 15 de junio de 1973, según Decreto Supremo N° 723.
En septiembre de 2004, y tras 6 años de reparaciones, el Muelle Prat fue entregado a la comunidad y desde entonces está a cargo, por concesión, del “Sindicato de Lanchas Turísticas Muelle Prat”. Sus socios a diario lavan la instalación, los lobos marinos que visitan la plataforma la cubren de heces, restos de pescado o sangre si es que alguno de ellos está herido. También se preocupan de proteger a los lobos, educando a los turistas, instándolos a NO ACERCARSE o simplemente alejándolos del muelle cuando la afluencia de público es numerosa y los altera poniéndolos “algo agresivos”, lo que es natural en un animal salvaje.
A partir de esta cotidianeidad, el sindicato ha cambiado en varias ocasiones los tablones de la escalera del muelle, que los lobos quiebran en sus subidas y bajadas (debido a su gran peso). Esto es un esfuerzo monetario importante, pues la madera adecuada para cambiar los tablones es de un alto valor y cada uno requiere de cuatro grandes pernos para su fijación.
Y bueno, con el paso de los años, el clima y la misma naturaleza, se ha ido dañando nuestro querido Muelle Prat, desclavándose algunas tablas del techo, sin mencionar lo sucio que se encuentra por la imposibilidad de limpiarlo. Además, está el deterioro generado por las polillas (termitas) que se han hecho festín de la plataforma central, la que ya de muestra visible de corrosión. Por si fuera poco, las conexiones eléctricas de varios de los faroles que lo iluminan están dañadas y cada vez que se ha cambiado las ampolletas, producen corte, por lo que dejaron de reemplazarse para evitar posibles incendios.
Ahora, un detalle no menor: Tras las obras de restauración, al parecer olvidaron poner los pasamanos que antaño existían y que hacían las veces de resguardo a los extremos finales de las escaleras.
El sindicato ha realizado gestiones para conseguir fondos y realizar las reparaciones necesarias, pero han sido prácticamente en vano. La Ilustre Municipalidad de Iquique, siempre presta a colaborar en lo que sea posible, ha realizado varias fumigaciones para evitar la proliferación de los insectos que se comen la madera e incluso ha enviado jardineros para arreglar los alrededores. Lamentablemente, el sindicato no ha tenido suerte en conseguir los fondos para realizar modificaciones mayores. Aún así, estoicamente estos hombres y mujeres que diariamente realizan los tradicionales paseos a la boya, junto con entregar un poco de la historia de nuestro país, cuidan con dedicación de amantes las viajas tablas que conforman el muelle.
En este mes, en que Chile ya está listo para celebrar el Bicentenario y próximos a la inauguración de la réplica de la “Esmeralda” en el Paseo Lynch, y cuando nuestra caleta Riquelme día a día se moderniza y embellece, hago un llamado a no pasar por alto este Patrimonio, a ser voz que se levante frente a las autoridades pertinentes, para que, martillo y brocha en mano, le demos una nueva cara a nuestro histórico y querido “Muelle Prat”.
FOTO: bluedreams