Los minutos antes de que empezara el show de Foo Fighters fueron una dicotomia marcada, entre los últimos beats de Martín Garrix en el Banco de Chile stage, y quienes esperaban en el VTR stage a Foo Fighters y aplaudían cada final de canción de Garrix, esperando que fuera la última, para dar paso a los rockeros.

Cuando por fin emerge la figura de Dave Grohl, y comienzan los primeros acordes de "Times like these" la aplanadora de rock no se detuvo hasta el emotivo final con el inmortal "Everlong".

Son 10 años de Lolla en Chile. En que sin duda el énfasis de Lollapalooza ha cambiado. El rock y la música alternativa han dado paso a los ritmos urbanos, que hoy son los dominantes. Para muchos, signos de los tiempos en que los artistas de reggeton, trap y derivados se han transformado en las nuevas rockstars.

El mismo Grohl lo comentó al recordar ante el público chileno su primer lollapalooza, cuando estaba con Kurt Cobain y el debutante Nevermind, invitado en la edición de 1991 en Estados Unidos,  señalando con nostalgia que de eso se trataba Lollapalooza, antes de invitar al escenario al fundador, Perry Farrell, a cantar "Been caught stealing" de Jane's Addiction, uno de los puntos más altos de la noche.

Que decir del resto del setlist. Prácticamente ningún clásico se quedó afuera. Difícil escoger, pero sin duda la versatilidad de los músicos, como cuando Taylor Hawkins y Dave Grohl cambian puestos y tocan "Somebody to Love" de Queen, demuestra que ademas de ser grandes músicos, lo pasan bien aún tras 26 años de carrera, y eso lo traspasan al público que aplaudió y creó cada canción.

Un broche de oro, con rock, para esta primera jornada.

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