Llevamos 3 meses con un nueva fuerza política a cargo de nuestro país, que actúa según su lema "la nueva forma de gobernar": la Coalición por el Cambio, con Sebastián Piñera a la cabeza como Presidente de Chile. Sin embargo, esta semana el temblor en la esfera política la trajo el ya ex embajador de Chile en Argentina, Miguel Otero, quien en una entrevista al diario Clarín se refirió al gobierno de Pinochet y, sin duda, la oposición concertacionista pidió la renuncia inmediata de dicha autoridad por su subjetividad al momento de representar al país, y lo hizo a través de todas las platofarmas posibles.

Sin el ánimo de calificar de buena o mala la actuación de Otero, es interesante analizar la posición que tomó la Concertación al decir que las palabras del ex embajador merecían una sanción, porque él debe ser embajador en todo momento, ¿tan rápido se olvidan de los problemas que tuvieron, cuando eran gobierno, por la participación de los Ministros de Estado en las campañas de los distintos candidatos? Claro, ahora se debe ser autoridad día y noche, pero antes los ministros si tenían horas ciudadanas.

Con todo esto, lo que quiero plantear no es este hecho en particular, sino que algo mucho más trascendental, que es esta la nueva forma de hacer política. Las nuevas redes sociales le dan la posibilidad a la ciudadanía de expresarse en todo sentido, pero hasta hoy pareciera que los políticos no escuchan estas nuevas voces online, pues siguen teniendo las mismas actitudes que llevaron a la Concertación a la derrota. Lo que necesitamos es cambiar la concepción de hacer política, promover nuevas practicas y que, por consiguiente, llevan a un cambio de las personas que se encuentran a cargo de manejar mejor este submundo.

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