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Muchos aficionados al deporte no solo disfrutan viendo sus retransmisiones o acudiendo a las canchas para jugar, también gustan de realizar algunas apuestas pronosticando resultados u otras variables del evento. Algunos de los resultados y los premios asociados han sido especialmente inesperados o relevantes; veamos algunos ejemplos.

Archie Karas protagonizó uno de los casos más curiosos al conseguir cosechar premios en las apuestas en el billar americano durante entre 1992 y 1995. Tal era su pericia al apostar que llegó a acumular 40 millones de dólares. Parecía que su capacidad de acierto no tenía fin, ya que su racha era ininterrumpida. Sin embargo, cometió el error de cambiar de objeto de sus predicciones, con el resultado de perder lo ganado al cabo de solo un año. Definitivamente, le hubiese venido mejor seguir con lo suyo.

No es necesario apostar grandes cantidades para optar a premios de envergadura. El fútbol tiene buenos ejemplos [6] al respecto. Si no, que se lo digan dos hermanos de Galicia, España, que consiguieron multiplicar por 200 su humilde aportación de 10 euros. Su equipo del alma, el Deportivo de La Coruña, jugaba contra el todopoderoso FC Barcelona, perdiendo por 2-0, y los hermanos quisieron mostrar su compromiso con dicha pequeña apuesta; seguramente intentaron no poner cara de sorpresa cuando el “Dépor” empató y ellos se embolsaron 2.000 euros.

Bien hay que decir que, poniendo 1 euro más y sumergiéndose en el mundo de las combinaciones, otro apostador conseguiría llevarse en 2016 más de 16.000 euros. Claro que estamos hablando de un verdadero “crack” que se arriesgó marcando equipos ganadores en primera y segunda parte de los encuentros de fútbol, pero es innegable que supo convertir una pequeña apuesta en todo un botín. Aunque lo verdaderamente difícil es conseguir casi 10.000 euros apostando solo 50 céntimos. ¿Imposible? No para un aficionado al Betis español, que con una combinada de 14 partidos logró la gesta. Por si esto fuera poco, el último y definitivo partido lo jugaba el equipo de sus amores… ¡y no le falló!

Los grandes pilotos del motor destacan, desde bien jóvenes, en el mundo de los karts. Los aficionados son conscientes de ello, y de que de esas pistas saldrán algunas leyendas. Pero hay que ser muy osado para ver a un niño de 10 años y apostar a que será Campeón de la Fórmula 1 antes de cumplir los 25. Pero el aficionado, además de valentía, tenía buen ojo para los corredores, por lo que aquella promesa, de nombre Lewis y de apellido Hamilton, le hizo ganar 125.000 libras al cabo de unos años. Seguro que hoy sigue siendo un gran fan del piloto inglés, aunque, o especialmente porque, se ha vuelto uno de los favoritos de la escena: según las apuestas deportivas [7] de los expertos de Betano, Hamilton fue evaluado antes del Grand Prix de Catar como su ganador más probable, imponiéndose con esto incluso al neerlandés Max Verstappen, su principal rival para llevarse el campeonato.

Y si bien los deportes [1] son los reyes de las apuestas, no todas las que se formalizan tienen, necesariamente, esa temática. Las elecciones presidenciales de Estados Unidos son una ocasión de primera para los que disfrutan haciendo predicciones. Las de 2020, sin ir más lejos, batieron un récord: se estima que se apostaron unos 250 millones de dólares al resultado entre Donald Trump y Joe Biden, con lo que podría tratarse del evento que ha generado más apuestas de la historia. Otro ejemplo curioso es el de un inglés que en 1964 apostó que el hombre llegaría a la luna en menos de 70 años; al cabo de cinco, Neil Armstrong formularía la famosa frase y el ganador tuvo la oportunidad de acallar las iniciales burlas de la casa de apuestas a la que había acudido.

Galeria Imagenes: 

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