¿Qué pasa si el estallido de un volcán se transforma en riqueza?

Este es un país de volcanes y, de vez en cuando, uno de ellos despierta y afecta al turismo de una amplia zona cuyos turistas visitaban la región con otros propósitos.

Tenemos un par de ejemplos en estos últimos años que provocaron gran daño al sector y por supuesto puede afectar gravemente el futuro turístico de esa zona. Es que el nicho de mercado que se explotaba era otro.

Pero puede ser reemplazado, porque hay más turismos de intereses especiales. En otros países supieron cómo sacarle provecho a estas catástrofes naturales. Con el turismo asociado a volcanes.

En nuestro caso, la reactivación de la zona y de la actividad turística va tomada de la mano de la vulcanología. Un tipo de turismo que genera algunas inversiones, fuertes ingresos y bastantes empleos nuevos en la zona afectada.

¿Revisemos experiencias extranjeras?

Por ejemplo el volcán Arenal. Era tan tranquilo que le llamaban "Cerro Arenal”, cercano a San José de Costa Rica. Sin embargo estalló bruscamente en 1968 y se constituyó en una de las calamidades naturales más espantosas del planeta.

Se formaron varios cráteres, las explosiones arrasaron con kilómetros de bosques vírgenes y varias comunidades. Casi 100 personas fallecieron y las pérdidas materiales y económicas fueron cuantiosas, casi incalculables.

Desde entonces, la actividad explosiva ha producido algunos accidentes fatales pero sólo por estar las personas en un perímetro muy cercano a la cima, más allá de lo permitido. Lo mismo nos ha ocurrido varias veces a nosotros en el sector de los géiseres del Tatio.

Pero ese volcán Arenal, uno de los diez más activos del planeta es ni más ni menos uno de los mayores polos turísticos de la región, manteniéndose como tal los últimos decenios. Es visitado por miles y miles de turistas en todas las épocas del año. Incluso fue necesario un plan especial de desarrollo para la región pues la explotación de este tipo de turismo implicó un crecimiento tan rápido y con tan alta inversión de capitales que finalmente llegaron más visitantes de intereses especiales de lo que jamás imaginaron, encontrando en esa zona una verdadera escuela abierta para aprender sobre estas particularidades de la naturaleza. Se construyeron hoteles, cabañas, hay aguas termales, se practican variados deportes. Toda una pujante industria.

El día en que el volcán Paricutín, hizo temblar el sur de México, todos los habitantes arrancaron. Sepultó nada menos que dos poblados. Muchos lugareños regresaron, marketearon el sector y llegaron los turistas- vulcanólogos, fascinados con descubrir los efectos de ese monstruo de la naturaleza, supuestamente el volcán más joven del mundo.

El volcán Teide y su parque nacional es uno de los más visitados de Europa. Recibe nada menos que cuatros millones de turistas al año, la gran mayoría visitantes de horas o un día. Nada de improvisaciones. El turismo asociado a volcanes  es un turismo responsable, tremendamente especializado pero atrae y atrae muchos turistas. Es un hecho indesmentible.

Es bien cotizado.

Cuando se presenta acontecimientos especiales como los que hemos experimentado estos últimos años en el sur de Chile, hay que aprovecharlos, desarrollar un plan de ordenamiento turístico territorial, preparar y ofrecerles a los interesados convenientes paquetes turísticos al lugar, incorporando al tour visitas a otras áreas donde existan otros recursos naturales vírgenes. Combinar, realzar los contrastes. Es que Chile tiene de todo y nos podemos dar ese lujo que otros países no pueden.

Son miles los vulcanólogos de a lo menos 26 países que están asociados activamente a organizaciones vinculadas a esta especialización: Italia, Estados Unidos, Japón, Francia, Nueva Zelanda, Islandia, Reino Unido, Alemania, Austria, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Papua Nueva Guinea, Indonesia, Filipinas, Camerún, Cabo Verde, Portugal y España. Todos ellos tienen agrupaciones que tienen interés en visitar áreas como la nuestra, reunirse en seminarios o charlas y partir a explorar estos gigantes volcánicos.

Hay que impulsar el desarrollo y marketing de este tipo de turismo hacia nuestro país. Tarea para el nuevo Ministro Longueira, de Economía, Fomento y Turismo.

Como bien señaló la ex Presidenta Bachelet al crear la subsecretaría de Turismo, "en las últimas décadas, la demanda por turismo a nivel mundial ha crecido explosivamente y se espera que dicha tendencia permanezca, particularmente asociada a nuevos productos turísticos, como el turismo de intereses especiales".

Cada vez más los turistas buscan encontrarse con la naturaleza, tal cual es, que es justamente lo que más tenemos por ofrecer. Reitero, el turismo asociado a volcanes atrae turistas. Está probado. Cosa de aprovecharlo.

Ricardo Viteri Prado

Consultor en Turismo