Sobre el caso de Siria y la experiencia reciente de Libia

18 Agosto 2011

Las convulsiones sociales tanto en occidente como en el medio oriente y norte de África han sido la constante durante este año. Por eso viene aquí la comparación entre dos movimientos sociales en el medio oriente. 

Cristian Jamett >
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Por diversos motivos la ciudadanía ha salido a la calle, ya sea para derrocar a un rey, un dictador, para reivindicar derechos básicos, ó bien para denunciar la represión de las fuerzas policiales.

Si bien no es posible establecer un común denominador entre todos estos conflictos, el hecho es que el “New Word Order” que conocimos con el fin de la guerra fría y todas las intencionadas tesis del “fin de la historia”, desde un tiempo hasta ahora ya no otorgan las certezas suficientes para que los actores internacionales sigan moviéndose como pez en el agua en el concierto internacional, léanse organismo internacionales, transnacionales, multinacionales, tratados militantes, estados, etc.

Para ello las potencias han tenido que echar mano a invasiones por diversos motivos, ya sean preventivos ó humanitarios, siendo paradigmáticos los casos de Afganistán para encontrar al líder de una red terrorista que terminó siendo ajusticiado en otro país; para la detectar la presencia de armas de destrucción masiva (ADM) que nunca fueron encontradas en el caso de Irak; ó más recientemente con la intervención en Libia para proteger a la población civil dejando como resultado más costos de vidas humanas de lo que había hasta antes de la operación. 

En este contexto, la revuelta ciudadana contra el gobierno de Siria y con ello la represión como respuesta, se puede constituir en la nueva justificación para una intervención de las potencias de manera directa o indirecta. Recientemente el presidente de EEUU y del Reino Unido manifestaron su profunda preocupación por “el uso de la violencia del gobierno sirio contra los civiles y su convicción de la necesidad de responder a la exigencia legitima de transición democrática”[1], para después señalar que para “los EEUU, Siria estará mejor sin Assad (actual presidente de Siria)”.[2]

Pero Siria no es Libia, si consideramos que se encuentra ubicada en una región históricamente inestable como lo es el Medio Oriente, que comparte fronteras con Turquía por el norte, Irak por el este, Israel y Jordania por el sur, y el Líbano por el Oeste. Por contraste, Libia se encuentra ubicado al norte de África, al oeste con Túnez y Argelia, al suroeste con Nigeria, al sur con Chad y al este con Egipto.  Así una intervención al estilo “Libia” en Siria podría producir un conflicto de proporciones incalculables. 

Sumado a que lo sucedido en Libia se ha constituido en un dolor de cabeza para la OTAN, ya que es muy diferente intervenir en un país con un fuerza militar irregular como es el caso de Irak o Afganistán que un país con un liderazgo con fuerzas y población leal frente a las cuales las fuerzas rebeldes no han logrado establecer un desequilibrio estratégico para la toma del poder por la vía militar.

Es necesario que las potencias mundiales promuevan una transición pacifica en los países convulsionados del medio oriente y norte de África, así como lo intentaron una y otra vez con el caso de Egipto ante la movilización social contra el régimen de Mubarak, donde no escatimaron esfuerzos diplomáticos para sostener en el poder al presidente hasta que la situación se hizo socialmente insostenible.

 


[1] “Siria: Obama y Cameron llaman a cese “inmediato” de derramamiento de sangre”, en: Diario El Nacional. 13.8.11

[2] “Para los EEUU; Siria “estará mejor” sin Assad” en: www.Infobae.com, 15.8.11.