El famoso "bono taxi" fue el tema de la semana, pero este viernes el gobierno terminó por cerrar la puerta a los gremios y asociaciones que quedaron fuera de la entrega  anunciada hace una semana, y que terminará beneficiando solo a 485 taxistas del atiborrado parque aurinegro de Iquique y Alto Hospicio.

Ni las amenazas de bloqueo de ciudades, ni las caravanas que hubo esta semana le doblaron la mano al ejecutivo, que terminó por decir el último "no" en boca del Gobernador Gonzalo Prieto, luego de más de dos horas de reunión a puertas cerradas y frente a una decena de dirigentes.

El único punto al que accedió Prieto fue al que se escuchó con menos fuerza por parte de los conductores en los últimos días: la mesa de diálogo. Sobre eso, además, el gobernador puso en carpeta un tema que la comunidad de Iquique de está pidiendo a gritos y que dice relación con el ordenamiento del sistema de autos de alquiler y la mejora de un servicio que es calificado, en general, como de baja calidad.

Las caras desencajadas que se observaron en algunos dirigentes que salían de la reunión de este viernes lo decían todo. No habían logrado ni los 300 mil retroactivos ($1.200.000 para cada uno, por los cuatro meses transcurridos hasta julio), ni menos los 200 mil que habían logrado sus colegas la semana pasada.

Quien se veía respirando profundo y más relajado era el Seremi de Transportes, Manuel Morales, quien explicó a este medio que el bono no corría por cuenta de su cartera, pues se trataba de un beneficio que estaba entregando el Ministerio del Interior por la contingencia del terremoto.

Un bono para pocos

Según señaló el gobernador Prieto, la entrega del bono taxi a un grupo pequeño de conductores radicó en que ellos pidieron la ayuda dentro del período de 30 días posteriores a la emergencia del terremoto, durante el mes de abril.

El "problema" para el resto de los taxistas, entonces, fue que la voz se corrió demasiado tarde y cuando entregaron sus solicitudes ya estaban fuera de plazo.