Recuento del 2011: Un año que cuestionó el modelo pero que no fue más allá

Recuento del 2011: Un año que cuestionó el modelo pero que no fue más allá

27 Diciembre 2011
Este año, más allá de hechos puntuales, significó por primera vez un cuestionamiento a factores particulares del modelo como la educación pagada y la segregación social que legitima, como también de las oportunidades perdidas.
Patricio.Barrientos >
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Desde el retorno a la democracia en 1990, el módelo neoliberal en el país se asentó sin mayores contrapesos por parte de la mayoría de la sociedad chilena. Pero en el 2011 fue cuestionado por primera vez de manera profunda. Lo que comenzó con una toma de alguna universidad por las asignaciones del Fondo Solidario. se terminó convirtiendo en un fuerte movimiento nacional que tuvo su momento más álgido en los meses de julio y agosto pasados.

Pero desgraciadas circunstancias como fue el fátidico accidente del Casa 212 en el Archipiélago de Juan Fernández, utilizado magistralmente por el gobierno de Sebastían Piñera para instalar una drámatica cortina de humo junto con la llegada de las Fiestas Patrias, debilitaron la movilización estudiantil, la cual había logrado a comenzar a generar puentes con otros sectores sociales. Pero tal vez, el mayor error de los dirigentes estudiantiles, fue no haberse dado cuenta que estaban liderando un movimiento de indignados con el modelo neoliberal mucho más amplio que las demandas legítimas de educación gratuita en todos los niveles, quedandose paralizados en el momento que debieron radicalizar el movimiento y las demandas.

Pese a seguir movilizados algunos grupos estudiantiles, el hecho que la discusión pasó al Congreso debilitó la demanda estudiantil, la cual correrá sin duda, la suerte de la Revolución Pingüina, la cual pese de ganar la calle, perdió la lucha en los pasillos del Congreso como en los recovecos del Palacio de La Moneda.

¿Qué queda para el 2012?

Aunque en este año serán las elecciones municipales y el 2013 las elecciones presidenciales, el camino que queda por recorrer será largo. Es evidente que el movimiento social tendrá que recomponerse, ya que desde que fue desactivado por la Concertación a comienzos de los años noventa, no pudo volverse a poner de pie. Quedó también muy claro que la Concertación ni el Partido Comunista no podrán ser el vehículo de las crecientes demandas sociales, ni tampoco el Populismo oportunista de Enríquez Ominami.

Habrá que pensar en un largo camino, evidentemente no con vistas a las presidenciales del 2013, sino que se tendrá que organizar algo en tiempo largo, casí como en una larga marcha, casi en borron y cuenta nueva. Esta es la lección que nos deja el 2011, que cualquier posibilidad de cambio, ya sea una reforma o una modificación sustancial, es algo complicado de hacer con la actual institucionalidad heredada de la dictadura.

Por lo tanto, no se puede pensar posibilidades de reforma con los actuales actores del sistema político, sino que habrá que pensar en la reconfiguración de la sociedad civil, no la de los intelectuales concertacionistas de clase media acomodada, sino la que tiene que nacer de las poblaciones, campamentos, de los endeudados por estudiar o por consumir, es decir, de la mayoría de los chilenos. Si la democracia no le abre la puerta a los marginados de siempre, tarde o temprano, la exclusión nos pasará la cuenta.

Comentarios

Imagen de Sergio Luis Arenas Benavides

A mi entender, este 2011

A mi entender, este 2011 debería ser tomado por los estudiantes y demás "indignados" como una suerte de "ensayo general" para el futuro de sus movimientos. El 2012, año "cabalístico" según algunos amigos de lo esotérico, debiera ser el año de la movilización pero en serio, asumiendo los costos y sufrimientos que ello conlleva.

Una lección que nos ha dado este 2011 es que las grandes luchas siempre estarán acompañadas de grandes dolores. Veamos. La "Primavera Árabe", que puede ser nuestro principal referente para comparar nuestra pequeña y pacífica revuelta. Egipto, Túnez, Libia, derrocaron a dictadores que llevaban años en el poder, pero para ello se debió perder el miedo a la muerte, el miedo al dolor, el miedo a las armas. Los pueblos se alzaron, tomaron el toro por las astas, y el costo fue muy alto. Lágrimas, sudor, pero sobre todo mucha, mucha sangre. Muertos, heridos, armas, batallas, guerras... pero la esperanza sigue en pie.

Ya. Algunos dirán que soy un exagerado. Pero démonos cuenta. Hemos sido miedosos, nuestras luchas no van más allá de la movilización pacífica y el llamado de atención. Si queremos un cambio real, tendremos que proceder con valentía. Porque nos dimos cuenta que los viejos métodos se estrellan ante un poder que parece tener la sartén por el mango. Porque de nada sirve el simulacro si podemos crear la realidad. Hay que perderle el miedo a ciertas palabras. Palabras que no gustan, lo sé, pero que denotan algo inexorable, inevitable y que a ratos es necesario. Y ahora lo es más.

Lección para el 2012: perder el miedo a la palabra GUERRA.