[Opinión] ¡Feliz Día de la Madre! (y el resto del año, ¿qué?)

07 Mayo 2016

Ser madre significa cambiar la vida, los tiempos y la forma de pensar. Es dar de corazón y entregar las fuerzas cada día para sacar a sus hijos adelante y enseñarles a vivir, a enfrentar la vida. 

Rodrigo Duran >
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Por lo general ocupo esta tribuna para analizar y comentar asuntos de política, economía o coyuntura que nos afectan, para bien o para mal, a todos. Pero hoy quiero poner el foco en esta significativa fecha en la cual las celebramos a ellas, a nuestras madres. 

Y es que el día de la madre es una festividad que se celebra en honor a las madres en todo el mundo, en diferentes fechas del año según el país.

Su origen contemporáneo se remitiría al Mother's Friendship Day y las reuniones Mother's Day Meetings organizadas en 1865 o 1868 por Ann Maria Reeves Jarvis, en que éstas se reunían para intercambiar opiniones sobre distintos temas de actualidad.

Realizando una revisión histórica, encontraremos que las primeras celebraciones del Día de la Madre se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Igualmente los romanos llamaron a esta celebración Hilaria cuando la adquirieron de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles y durante tres días se realizaban ofrendas. Eso hasta que en 1914 el presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, instauró la conmemoración para el segundo domingo de mayo de cada año.

Podríamos seguir adentrándonos en contextos y otros pero el asunto es claro: ser madres va más allá de un solo día porque es un desafío de vida, un proyecto de largo plazo en un entorno de constantes desafíos y procesos partiendo de una base simple: ser madre implica amor, crianza y aportar en el desarrollo de otros sujetos llamados hijos(as), inherente a si estos son biológicos o adoptados. 

El rol de madre ha tenido una evolución favorable para las mujeres.

Muchas de éstas son profesionales, por ende jefas de hogar, y dejaron atrás ese rol de ser sólo dueñas de casa (incluso hay quienes desempeñan exitosamente ambos roles, el profesional y el de dueñas de casa).

También hay otras que han optado por el camino de ser madres solteras asumiendo la responsabilidad, ante la irresponsabilidad masculina, de hacer frente en una sociedad que, a pesar de mantener ciertas estructuras conservadoras, ha ido dando paso al  reconocimiento y oportunidades para quienes asumen este rol porque, estimados colegas de género, entendámoslo de una buena vez: las mujeres, para alcanzar su felicidad y desarrollo, hoy no tienen dependencia siendo autónomas,  capaces de salir adelante y enfrentar la vida no sólo por ellas, sino también por sus hijos en una cuestión tremendamente valorable porque nadie nace sabiendo ser mamá. Eso, a mí modo de ver y por experiencia personal, merece mucho más que el reconocimiento comercial durante un solo día dado que las madres desempeñan su rol todos los días, sin esperar ni el reconocimiento ni la gratitud, en una demostración de amor verdadero, generosidad y entrega: que sus hijos sean felices. 

Ser madre significa cambiar la vida, los tiempos y la forma de pensar. Es dar de corazón y entregar las fuerzas cada día para sacar a sus hijos adelante y enseñarles a vivir, a enfrentar la vida. Encarna tener una razón y un compromiso para el resto de sus vidas. Ser madre significa nunca más estar sola en el pensamiento, pues ellas deben pensar por dos: sus hijos y ellas. Desempeñar el rol de mamá conlleva un sinfín de preocupaciones; horas de correr tras sus hijos; días, meses y años inventando cientos de maneras para camuflar las comidas que no necesariamente gustan, pero que son muy necesarias para una alimentación saludable y que favorezca el crecimiento. Una madre quiere que a sus hijos les vaya todo bien en la vida, pero también quiere que haya tormentas para que aprendan a navegar ante la adversidad. 

Como bien lo retrata la escritora nacional Isabel Allende en su libro “Inés del alma mía” ser madre es “preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias. Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas. Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno. Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan. Madre es alguien que llora de emoción cuando uno se acuerda de ella una vez al año en el Día de la Madre (…)”. 

Por esta razón no pierda tiempo y estreche a su madre en un fuerte abrazo. Dígale cuanto la ama y lo muy agradecido que está de ella. Si usted está casado, separado o lo que sea y en algún minuto de su vida optó por compartir el camino junto a una mujer, lo invito a dejar el rencor de lado y agradecer a esa persona que lo hace ser padre a través del regalo más maravilloso que nos pueden entregar: el regalo de la vida, el amor por los hijos. Y si su madre ya no está físicamente con usted recuérdela en su corazón, valore sus enseñanzas y esfuércese por ser esa persona que la haría sentir orgullosa.     

¡Feliz día a todas las mamás!, y muy especialmente a la mía, a quien gracias a Dios  tengo el privilegio, a pesar de las adversidades, de retribuir su entrega y quererla todos los días.