Mi carta abierta de desahogo

Mi carta abierta de desahogo

23 Julio 2020

"Los tiempos ya no están para normalizar el abuso y la violencia sexual, ni mucho menos permitir que nos hagan creer que por el hecho de alzar la voz frente a estos temas relevantes nos descalifiquen y estigmaticen nuestra voz".

Vianka Harder Prieto >
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Quiero darme estos minutos para poder enteder lo que sigue pasando en mi país en temas tan sensibles e importantes como un abuso sexual o violación hacia una persona (independiente de la edad o género).

Frente a todo proceso judicial al cual tenemos derecho como personas cuando nos vemos involucrados en un ilícito, en mis básicos conocimientos en la materia entiendo claramente la figura de  “presunción de inocencia” y los juicios ciudadanos a los se ven expuestos los imputados, en particular el que hemos conocido durante este tiempo, me refiero al caso de Martin Pradenas.

Precisamente es él, quien a través de un video nos manifiesta públicamente que es inocente de toda acusación: cito textal:

“Yo sigo manteniendo que soy inocente, y no porque se me haya hecho un juicio público o porque se me haya manejado la información para hacerme ver culpable, significa que lo soy”

Este no es mi punto de discusión, seré respetuosa del proceso en curso, si es inocente o no, la justicia lo dictaminará.

Sin embargo, dejo claro que las medidas cautelares entregadas al imputado no me dejan satisfecha en absoluto, porque también soy parte de ese porcentaje que cree en Antonia.

Quiero focalizar mi desahogo, en el nivel de lenguaje utilizado por el defensor del imputado para argumentar su defensa (valga la redundancia) me refiero al abogado Gaspar Calderón, el que claramente (a mi juicio) aun no evoluciona, y no lo hará.

¿Es válido y respetable su vocabulario? Quizás para algunos si, pero claramente no lo comparto ni mucho menos me puede representar.

Quiero citar textual solo uno de los argumentos utilizados por el jurista  para referirse a la víctima:

“La embriaguez era de ella no de Martín Prádenas, ella venía de antes así prendida" refiriéndose al estado de Antonia Barra.

Estas fueron parte de las declaraciones emitidas ayer durante la audiencia de formalización, para manifestar la inocencia de su defendido. Es decir, y a lo que yo pude entender como argumento:

Si yo, Vianka Harder, estoy en estado de embriaguez, si estoy “prendida” cualquiera tienen derecho a violarme.

Quizás mi comprensión lectora es errática y no coincide con lo expresado por el defensor de Pradenas, y si yo entendí mal, así tambien lo están millones de mujeres de mi país, quienes han recibido con dolor, rabia y tristeza lo establecido por un juez, quien no encuentra suficientemente válido lo expuesto durante este día martes para decretar prisión preventina a un sujeto que a juicio del ministerio público es un peligro para la seguridad de la sociedad, porque no solo es un delito el que se le imputa, no es solo uno, y tampoco es una la víctima.

Este es mi pensamiento, mi sentimiento, esto no es un texto copiado y pegado desde otro muro, por lo que pido respeto y comprensión en estas palabras expresadas. Quiero creer que hubo un error, porque siento que estamos dando una mala señal para aquellas mujeres y hombres que hoy mismo estan siendo víctimas de abuso sexual o violación y no tienen la fuerza suficiente para denunciar por miedo a no ser defendidas(o) y menos encontrar justicia.

Escuhar el lenguaje del señor Calderón, es para mi una fiel expresión de la defensa legal que aún respalda la violencia machista en Chile, normalizando que un hombre si puede embriagarse y no así una mujer porque no corren la misma suerte…

Por favor, los tiempos ya no están para normalizar el abuso y la violencia sexual, ni mucho menos permitir que nos hagan creer que por el hecho de alzar la voz frente a estos temas relevantes nos descalifiquen y estigmaticen nuestra voz.

Deseo de todo corazón cambiar el mensaje, decirles que debemos enseñar a nuestros hijos que “una relación sexual sin consentimiento es una violación” y que no solo las niñitas deben cuidarse, a todos nuestros hijos los queremos libres y seguros. Cambiemos el “protege a tu hija por un educa a tu hijo” aunque los niños también son y serán víctimas de abuso y debemos defenderlos con la misma fuerza.

Por último queridas mujeres, quisiera decirles que yo no soy quien para influir en su crianza, pero sólo les pido que dejemos de hacerles creer a nuestras hijas que “Quien te quiere te aporrea” y que si te molesta el feminismo, analices tu machismo, creo que si haces eco a este punto podría cambiar tu visión frente a temas relevantes para nosotras.

Queridas mujeres, si este estado no nos cuida, nos cuidamos entre nosotras, solo pido que mañana no falte ninguna, ninguna.

NO ESTAMOS SOLAS

Vianka Harder

Iquique.