El viernes 2 de septiembre se estrelló un avión de transporte Casa 212 de la Fuerza Aérea de Chile (Fach) en el archipiélago Juan Fernández, en la costa de Chile, falleciendo sus 21 ocupantes.

Entre los pasajeros del avión estaban algunos miembros destacados del establishment chileno como el animador de la cadena estatal Televisión Nacional de Chile (TVN) Felipe Camiroaga y el empresario filántropo Felipe Cubillos. Otros pasajeros eran colaboradores de Cubillos, miembros de la fundación Desafío Levantemos Chile; un equipo de periodistas y productores de TVN que acompañaba a Camiroaga para realizar un reportaje en las islas. Además en el vuelo viajaban 2 profesionales adscritas al Consejo Nacional de la Cultura y miembros civiles y militares de la Fach.

Este lamentable accidente aéreo ocurre justo en un momento complicado para el presidente Sebastián Piñera, quien enfrentaba el creciente malestar estudiantil como consecuencia de su negativa a realizar una radical reforma al sistema educativo basado en una visión neoliberal del lucro y la ganancia.

El accidente otorga una tregua de facto al gobierno de Piñera, puesto que los medios chilenos desviaron toda la atención que estaba en el cada vez más inmanejable conflicto estudiantil al drama del accidente aéreo y a los 21 fallecidos, sobre todo en la figura del animador Felipe Camiroaga. Esta estrategia ha tenido éxito ya que logró suspender el funeral del ex presidente Salvador Allende, tras la realización de la autopsia que determinó que fue un suicidio, el cual era temido por sectores del gobierno puesto que se realiza en un momento muy sensible del calendario político chileno: Septiembre.

Manejo mediático del accidente de "los 21": el rol de los medios

Nunca el manejo de los medios es inocente y carente de intencionalidad. Un excelente ejemplo es la actuación de la mass media en la cobertura del secuestro y asesinato de Candela Rodríguez en la vecina Argentina. En el caso de “los 21” como les colocó la prensa chilena, es evidente que se pasó de una etapa de dolor lógico y natural por parte de TVN a una de una franca explotación del drama televisivo.

En la edición del jueves 8 de la revista opositora The Clinic, su director Patricio Fernández plantea este proceso de transición mediática, de la transformación del dolor por la pérdida de la gran figura de la televisión chilena a un manejo melodramático de la trama que significa la no aparición del cadáver de Camiroaga (hasta el 8 de septiembre sólo habían aparecido 8 cuerpos).

Pero se podría pensar que Fernández se queda corto en su editorial. Tanto la estatal TVN como la prensa escrita chilena - El Mercurio, Las Últimas Noticias, La Tercera y La Cuarta-  han usado el drama de “los 21”, de una manera que se podría denominar sencillamente agobiante. Los noticieros (telediarios) de la estatal TVN como de su canal de noticias hermano, 24 horas, no se cansan de transmitir imágenes de la romería permanente que se produce en las puertas del canal estatal chileno, ubicado en el acomodado barrio de Providencia en Santiago, junto con una permanente hagiografía en construcción de Felipe Camiroaga, la cual es repetida hasta el hastío.

Ejemplos de ello es la relación de Camiroaga con sus halcones, transmitido dentro del noticiario 24 Horas el 7 de septiembre con una duración de 10 minutos y la entrevista realizada por los personajes de 31 minutos (serie de títeres muy popular en Chile) en el programa que animaba Camiroaga, Buenos Días a Todos, el jueves 8 de septiembre en el mismo noticiario.

Evidentemente, esto ha hecho que al menos los noticiarios de la estatal TVN se hayan transformado en la filmación en fases de un velorio sin cuerpo que es transmitido vía satélite a todo Chile y al mundo. Este velorio cubre con un manto negro cualquier otra clase de noticias como el conflicto estudiantil, el creciente desgaste del gobierno chileno o el fallecimiento de uno de los políticos chilenos más importantes de los últimos 40 años, el DC Gabriel Valdés Subercaseaux. Todas estas noticias se han transformado solamente en notas de relleno para el gran show televisivo en que se ha transformado la cobertura del accidente aéreo de "los 21".

Por Patricio Barrientos

Twitter @Patobarrientos