Conoce la historia del protector del amor honesto en el Día de San Valentín

Conoce la historia del protector del amor honesto en el Día de San Valentín

14 Febrero 2013

En el santoral católico, hoy 14 de febrero, se celebra a San Valentín, presbítero romano que residió en la capital del Imperio, durante el reinando de Claudio II. Con su virtud y sabiduría logró ser venerado por cristianos y paganos. Por Marcia Vallejos, Iglesia.cl

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Por Marcia Vallejos
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Por su gran caridad se hizo acreedor del nombre “padre de los pobres”.San Valentín, como hoy es popularmente conocido, fue un sacerdote que con la ayuda de San Mario socorría a los mártires de la persecución del emperador Claudio II

A fines del siglo III - época caracterizada por las persecuciones- fue el tiempo también de muchos mártires, personas que dieron su vida por la iglesia y los más desposeídos. Según cuenta la tradición, este santo arriesgaba su vida para casar cristianamente a las parejas durante ese tiempo.

En los pocos escritos que se han encontrado de San Valentín, se cuenta que no dejaría de interceder en favor de su fe católica y estar en contra del estado de persecución en que a menudo se encontraba sumida la Iglesia. Valentín continuó haciendo profesión de su fe, afirmando que es Jesucristo «la única luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo».

San Valentín fue apresado y enviado por el emperador al prefecto de Roma, quien al ver que sus intentos para hacerlo renunciar a la fe no surtían efecto, mandó a golpearlo y decapitarlo. Eso sucedió el 14 de febrero del año 270.

Tiempo más tarde, San Francisco de Sales conoció las virtudes de San Valentín y con ello fue aconsejando a los jóvenes camino al matrimonio, que rogaran por el don del amor puro y la santificación de la familia, por el gran amor profesado a su Iglesia y por su muerte como mártir y perseguido.

La fiesta de San Valentín recuerda que el auténtico amor es más que un sentimiento, es esencialmente una opción de la voluntad expresada en la entrega y el sacrificio que no "mide" consecuencias. Por ello, los fieles se inclinarían a invocar a San Valentín —mártir primaveral— como protector del amor honesto, adjudicándose la advocación de Patrón de los hogares y del amor conyugal.