Los llamados impuestos verdes quedaron fuera del proyecto de Reforma Tributaria. El Gobierno, al reenviar la iniciativa decidió excluir esta idea y posteriormente el ministro de Hacienda Felipe Larraín aseguró que esto se trataría en una propuesta aparte.

El jefe de las finanzas públicas explicó a principios del mes que en conjunto a su par de Medioambiente, María Ignacia Benítez, se analiza un proyecto especial para hacerse cargo “del tratamiento responsable de residuos ambientales”.

Al ser presentados, estos gravámenes ecológicos apuntaban a productos de corta vida útil y largo período de degradación, aplicándose el tributo a la primera venta o importación de estos bienes, a cargo del productor o importador.

Asimismo se proponía también un incentivo al reciclaje, pero el diputado Pablo Lorenzini dijo que la motivación no era esta, como fue la línea que siguieron países que si han adoptado esta herramienta tributaria.

En este sentido, el diputado de la DC señaló que “yo creo que hay que hacer algo inteligente, me parece mucho mejor la propuesta de la oposición, porque apunta al fondo, que tiene mucho más que ver con los combustibles y creo que en general el enfoque de los productos que ellos quieren impuestos verdes debe ser mucho más global que tiene que incentivar también un desarrollo mucho más a fondo de la solución al tema”.

El diputado socialista Carlos Montes, ante esto, defendió la propuesta que hizo en esta línea la oposición, que según su punto de vista ponía énfasis en “el fondo del problema”.

En esa línea, el parlamentario del PS dijo que “El enfoque era de castigo, cuando en todo el mundo lo que se está trabajando, va por el incentivo, que tiene mucho más lógica. En el caso contrario, los impuestos van a repercutir en que los termina pagando el usuario. Suben el precio del neumático, suben el precio de la pila, mientras si es con un fondo es un incentivo, va a ser positivo y el precio no se traslada al consumidor”.

Además, esto se relaciona con la industria de la generación eléctrica, ya que es en este campo donde se han originado los principales conflictos socio-ambientales.

El vocero de Patagonia Sin Represas, Patricio Rodrigo, explicó que las fuentes de Energías Renovables No Convencionales deberían recibir un trato preferencial respecto de otras más contaminantes.

“El uso del agua por las mega represas o la contaminación, la generación térmica que es contaminante debería tener un mayor gravamen y ahí sí que aplicaría un impuesto que las haga competitivas en términos que internalice sus costos. Al contrario, producir con energía solar, energía eólica, debería haber un incentivo para que se pueda llegar a dicho objetivo”, explicó el ambientalista.

También, el coordinador de Acción Ecológica, Luis Mariano Rendón, estableció que otras medidas, como los gravámenes a los combustibles y que no figuran dentro de una iniciativa en la materia, debieran ser revisadas como parte de esta línea de trabajo.

En esa perspectiva el líder ecologista indicó que “el impuesto específico de los combustibles grava precisamente la quema de combustibles fósiles y por eso que nosotros permanentemente lo hemos defendido en contra de una presión populista que ha venido desde distintos sectores, particularmente de la UDI, que lo que buscan es derogarlo. Ese es un impuesto que incluso en sus niveles actuales es bajo y debería ser aumentado”.

Así se espera que el Gobierno emita una iniciativa de ley sobre el tema, ya que según afirmaron al anunciar el primer proyecto de reforma tributaria, con los impuestos verdes se busca cumplir con las indicaciones de la OCDE para lograr el crecimiento sustentable del país.