En estos días ha primado el tema del agua por sobre todas las noticias, el hecho de que muchos de los habitantes de la ciudad hayan vivido más de 24 horas sin ésta y hayan pensado y presenciado lo angustiante que se puede volver el entorno sin ella, es simplemente una forma de que valoremos aquel importante y básico abastecimiento, el cual todos los ciudadanos debiéramos poseer.

Aunque muchos no lo crean no todos los pobladores de esta región tienen total y libre acceso al agua que día a día gotea por nuestras llaves o simplemente dejamos correr de manera inconsciente. Para muchos, el agua es un privilegio que se les otorga una vez cada cierto tiempo y sin ánimos de tomarse escuelas, universidad y calles, cabezas caídas acceden a aquel lujo una vez a la semana o quizás una vez cada más tiempo.

Diversas familias de los sectores más vulnerables, dígase campamentos, tomas, etc. no generan un circo debido a esta insólita situación, sino que tratan de acomodar sus vidas y quehaceres a lo poco que pueden recibir, mientras que los más favorecidos, todos nosotros, nos angustiamos por estar un día sin agua, bloqueándonos de una manera increíble, inclusive hasta sintiendo deseos inaguantables de consumirla a cada momento, cuando tenemos el poder adquisitivo de comprar  agua de mejor calidad.