12 de agosto: Día mundial de la juventud

12 Agosto 2013

Como joven se tiene también una visión abierta y solidaria para con toda la Tierra y se ve cuanta injusticia hay en muchas situaciones de este mundo.

Juan Lama Ortega >
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En diciembre de 1999 la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 12 de Agosto como Día Internacional de la Juventud. A pesar del difícil momento laboral que la juventud vive y de su incierto futuro, habría que decir que la juventud tiene mayoritariamente un buen y acertado concepto de la justicia, pues  la justicia significa en el fondo la aplicación de la regla de oro del Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret que dice: “Lo que quieres que otros te hagan a ti, hazlo primero tú a ellos”, o también “Lo que no quieres que te hagan a ti, no se lo hagas tampoco tú a nadie”. En esto se muestra básicamente la justicia.

Esta justicia aplicada en la vida diaria también conduciría a que a las personas les fuese bien, y no solo al ser humano, si no también al reino animal y a la naturaleza en su totalidad. Como joven se tiene también una visión abierta y solidaria para con toda la Tierra y se ve cuanta injusticia hay en muchas situaciones de este mundo. Algunas personas son pobres, muchos padecen hambre y todo esto podría cambiar si cada persona empezase a cumplir, paso a paso en su vida diaria, dicha regla de oro para la vida.

Pero a pesar de tener mayoritariamente una sensibilidad especial ante la justicia, un joven de hoy dirá: “Yo no hago nada malo a mis compañeros. No tengo nada en contra de ése o aquel. Es cierto que no me agrada del todo, es posible que lo deje de lado, pero no le hago realmente nada malo”. Pero para ser justo uno podría reflexionar al respecto y preguntarse: ¿por qué lo dejo de lado? ¿Qué pensamientos tengo con respecto a él? Esta reflexión honesta sobre nuestro entorno y nuestra forma de comportarnos para con los demás, tiene más importancia cuando se es joven, porque en los años de juventud es cuando se van formando esos pensamientos que pueden acompañarnos toda la vida y convertirse en costumbre si no lo remediamos a tiempo.

Todo empieza prácticamente en la escuela, en clase, o al comienzo de la vida laboral y también con el hecho de rechazar a determinadas personas con las que uno no quiere tener nada que ver y a quienes evita. Si uno no se cuestiona esta forma de comportamiento, si uno no se pregunta a sí mismo por qué hace realmente esto o qué tiene exactamente esta persona que le resulta molesto, no podrá llegar a la conclusión de que tal vez uno mismo tiene precisamente eso mismo que rechaza en los demás.

Con lo que muy posiblemente luego en la edad adulta, el marginar a otros y el despreciarlos se acentúa aún más, y al final ni uno mismo se da cuenta de que rechaza a determinadas personas y que las juzga. Entonces no le será consciente que eso es tener una postura equivocada, ya que acostumbrado a hacerlo, le resultará un comportamiento normal, pero que en definitiva no es lo que le gustaría que le hicieran a él.

 

Radio Santec

Juan Lama Ortega

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