La “comedia de equivocaciones” en que ha devenido la promesa de campaña electoral que ofreció “gratuidad universal para la educación superior”, alcanzó su climax con la formación de un Consejo Consultivo. Sin embargo, la Ministra Delpiano que lo nombró, ya lo desautorizó: Dijo que la gratuidad partía el 2006 con los mismos criterios anunciados originalmente por la Presidenta Bachelet. Entonces, si todo está resuelto      ¿Para qué nombrar una Comisión?

El Transantiago aportó una “joyita”: El año 2014 alcanzó el déficit más alto de su lamentable trayectoria: US$ 650 millones.
Al Intendente de la Araucanía, Francisco Huenchumilla, se le solicitó la renuncia. El funcionario destituido lo más suave que dijo fue que no aceptaba que lo trataran como “estúpido”. Más allá de la anécdota el episodio ha dejado de manifiesto dos cosas: Que el actual gobierno simplemente no tiene política alguna para enfrentar el conflicto mapuche y que todos los que lo abandonan (voluntaria o forzadamente) están seguros que no habrá segundo gobierno de la Nueva Mayoría. Por eso se van dando portazos.

El Ministro de Hacienda admitió que las cifras globales era tan malas que     “iba a tener que salir a pedir prestado” al extranjero para cuadrar la caja fiscal.

Y la “guinda de la torta” fue el pésimo manejo de la llegada a Santiago de los camioneros. Todo se hizo mal: Inventaron un decreto a última hora para prohibir la entrada de camiones, amenazaron a sus dirigentes, declararon con tono autoritario que no los recibirían. Finalmente hicieron el ridículo y se tuvieron que tragar sus palabras.

¿Coincidencias? ¿Infortunio? Nada de eso. Simplemente el resultado inevitable de una pésima conducción presidencial.