La Derecha Rebelde de Aysén y el Socialismo de Derecha

La Derecha Rebelde de Aysén y el Socialismo de Derecha

20 Marzo 2012
Su representante en Aysén es el senador Horvarth, que a pesar de ser un hombre de derecha, abogando por la teoría del libre mercado, entiende también que antes esta la persona humana y su calidad de vida, con la preocupación tacita por el medio ambiente y los derechos humanos.
Andrés Gillmore >
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Hace poco más de un año éramos considerados un ejemplo para el mundo. Una economía estable, un país serio, el más desarrollado y envidiado de latino America, por su calidad de vida. Incluso nosotros mismos nos creíamos el cuento. Éramos orgullosos y mirábamos en menos al resto de latino America. Hoy nos hemos transformado en un polvorín social, una economía que aunque genera ganancias en forma macro-económica, no es sustentable por más tiempo por su mala distribución.

Todo lo que se hablaba del milagro chileno, no fue más que una ilusión, un castillo de naipes realizado por magos, que salieron trasquilados. Nos dimos cuenta que habíamos creado empresarios sin moral, sin buenas costumbres. Que si podían nos engañaban y sacaban ganancias jugosas y mal habidas, haciendo todo lo posible por burlar la ley y así estuvimos más de 20 años hasta que despertamos gracias a HidroAysén, que propicio el despertar de Chile con su batalla por librarse de esta transnacional y abrió la puerta y nos dimos cuenta con quien vivíamos realmente. 

La sociedad moderna del futuro va por un camino muy distinto al cual estamos en Chile, vamos totalmente contra el transito y eso se aprecia en sociedades modernas asentadas y maduras como las Nórdicas, que abogan por un estado más equilibrado, menos soberbio, más trabajador, preocupado por los bienes del país y de sus habitantes. Más soberano de sus fronteras, es lo que se ha denominado el socialismo de derecha en los últimos 20 años. 

Su representante en Aysén es el senador Horvarth, que a pesar de ser un hombre de derecha, abogando por la teoría del libre mercado, entiende también que antes esta la persona humana y su calidad de vida, con la preocupación tacita por el medio ambiente y los derechos humanos como condición máxima para lograr la sustentabilidad del desarrollo y lograr con ello la armonía social atraves de la equidad con valores que no se transan y menos se venden con falsas lealtades. 

No tenemos porque sorprendernos por lo que ocurre hoy en dia en el país, es la oscilación normal de los modelos económicos en decadencia y que aun un grupo en el poder se aferra a el y no quiere soltar prenda. En Chile la auto-ceguera nos ha llevado a esto. Se sabe y no hay que ser muy estudioso para entenderlo, que ningún modelo económico dura para siempre, menos el chileno sustentado en el consumo y el libre mercado. Porque no se ha adaptado a los cambios sociales y a las necesidades actuales de los habitantes. Las circunstancias año a año van cambiando y si no se saben hacer los ajustes necesarios en los momentos precisos, se cae en el caos total, sobre todo hoy con habitantes más informados y atentos a su realidad. Es imposible seguir engañándolos como en el pasado, por ende la efervescencia social entra al ruedo y se ejecuta por una necesidad básica de sobrevivencia, si no como. 

Basta con estudiar la historia universal y ver como han caído muchos reinos y países por no saber entender este principio básico de la historia y la frase aplicable en estos caso cae de cajón “Impunidad absoluta-corrupción absoluta”. La vida esta muy complicada hoy en día, altamente estresante para todos, con habitantes más informados, que están cansados y más resueltos, conocedores de sus derechos y ahora consientes de su fuerza ciudadana para lograr el cambio. 

Lo que estamos viviendo en la realidad del actual mundo político-social-económico chileno. Es el último estertor del pasado en el presente actual y real, para dejar entrar el futuro y mejorar ante todo. Se terminaran gradualmente las polarizaciones ideológicas. Se tomara lo bueno de cada idea y se aplicara de la mejor manera posible, de acuerdo a la realidad y la cultura de los habitantes en pos del bien superior de todos y no solo de algunos, como ha venido sucediendo en las ultimas décadas y eso solo se logra atreves de la equidad aplicada, en busca de la armonía. 

El objetivo de una sociedad moderna de las características de la chilena, dejara de ser la “dominación social” como ocurre hoy en día y pasaremos a la etapa suprema de la coronación de la madures social y del modelo económico, de la simplicidad de hacer las cosas bien y ya esta. Sin segundas lecturas como ha venido ocurriendo desde años en Chile, con empresarios dispuestos a todo por lograr ganancias. 

Si en Chile se aplicara ese concepto de hacer las cosas bien y nada más, en cualquier orden establecido, sin duda alguna no estaríamos en este proceso al borde de la insurgencia total. Con un país en llamas, al borde de la crisis social más grande de la historia moderna. De una pubertad chilena extremadamente larga, que comenzó en los años noventa y que solo terminara cuando el proceso actual se finiquite y el mundo político actual entienda que ha llegado el momento de retirarse y dar pasó a la etapa siguiente, con un nuevo fundamento, más humano.

La mayor critica que se le hace al movimiento social por Aysén, sobre todo por la derecha tradicional, es que a esta altura de los acontecimientos, el movimiento social por Aysén se ha transformado en un movimiento político de izquierda, infiltrado por el partido comunista. Por lo menos es lo que aducen los contrarios dentro y fuera de Aysén. Dicen ellos “Yo apoyaba, pero es mucho tiempo, hay que trabajar, en las barricadas se toma alcohol. Además los gritos de guerra de las marchas asustan especialmente a las generaciones que se educaron con Pinochet, que tienen en el disco duro el tormento de esas consignas del pasado en la calle “El pueblo Unido Jamás será vencido” y caen en los recuerdos de la unidad popular y creen que el diablo ha llegado nuevamente y se apodero de Aysén. 

Pero la verdad que lo único que se aprecia en los partidarios del movimiento, es una real preocupación por su futuro. Son dueñas de casa, obreros, trabajadores agrícolas, campesinos, ganaderos, empresarios, comerciantes, adolescentes, que son simplemente ayseninos honestos y bien intencionados, que no entienden mucho de política, porque en Aysén no hay mucho tiempo para la política, menos para la partidista. Son muy pocos las que la hacen, hay poco tiempo. Los únicos que hacen política partidista de verdad, son los que fueron gobierno y quieren volver y los que lo son actualmente gobierno y se quieren mantener. El resto trabaja más de ocho horas diarias por salir adelante y por subsistir con toda su fuerza, entrando en batalla por el movimiento, por una simple necesidad de mejores condiciones de vida y de proyectarse de verdad como ayseninos y mejorar las condiciones de vida para sus hijos y también por sentirse pasados a llevar por un gobierno que les prometió precisamente lo que hoy no tienen, considerarlos.

Tengo una profunda decepción por lo que ha sucedido en la negociación, por la tremenda intransigencia del gobierno y sobre todo por el mal manejo de la situación política, que nos ha llevado a este punto muerto en Aysén. Si desde un primer momento se hubiese respetado a Aysén y las autoridades hubiesen tenido una estrategia real de solución y no nos hubiesen visto desde la Moneda por debajo del hombro, hoy ciertamente estaríamos en vías de solución y no este en impase que asusta por momentos, sobre todo a los que vivimos en la región y tenemos que salir adelante a pesar de todo y entender que los que están en el movimiento, no reciben un peso y los de gobierno reciben suculentos sueldos por estar. 

He confiado desde siempre en que la verdad verdadera tiene su propia inercia y su vitalidad propia, que a pesar de todo siempre sale delante de alguna u otra manera. Que finalmente se entenderá que el proceso actual de cambio del modelo económico, que salió precisamente desde Aysén, es solo el principio de lo que viene. De aquí en adelante los que gobiernen el futuro de Chile, tendrán que ser más humanos y preocupados por las condiciones de vida de todos los chilenos y no solo de algunos. 

Ahora han acusado a estos 22 ayseninos y el solo hecho de acusarlos demuestra como el gobierno esta mal asesorado internamente. No tengo la más mínima duda, que cuando el país conozca lo que son verdaderamente estos ayseninos de trabajo, se darán cuenta de la verdad, porque ellos  son la prueba máxima de esa verdad aysenina que tanto a costado sacar adelante, entendiéndose finalmente que solo queremos un trato digno y nada más.