Los consejeros regionales de Tarapacá se sumaron este miércoles al paro nacional que hasta ayer mantenían 9 consejos de todo el país, en presión al gobierno para que ingrese a trámite la ley corta que los dotaría de más atribuciones y mejoraría sus condiciones para fiscalizar los proyectos que aprueban.

Si bien se señaló públicamente que la votación había sido unánime, lo cierto es que este miércoles en la mañana se produjo un arduo debate entre la posición de plegarse y la urgencia por aprobar los proyectos que espera la comunidad.

La disputa habría finalizado con un 8 a 6 a favor del paro, pero el acuerdo político habría sido oficializar la información como un acuerdo unánime, tal como lo señaló el Presidente del CORE, Richard Godoy, a los medios de comunicación.

Para los representantes de Tarapacá es particularmente relevante la decisión del gobierno, pues desde los terremotos han debido sesionar casi en condición de campamento, trasladándose de un lugar a otro, y aún no cuentan con recursos que les permitan gestionar de mejor manera algunas situaciones de carácter administrativo.

Ejemplo de ello fue lo ocurrido justamente esta mañana, cuando el Alcalde de Iquique, Jorge Soria, tuvo que llevar de su propia mano la invitación oficial de la ceremonia de entrega de las camionetas de Seguridad Ciudadana. Según señaló el edil, el documento no habría sido recibido por el personal del Gobierno Regional, pues le habrían argumentado que no eran funcionarios del CORE.

Esa fue la gota que rebalsó el vaso esta miércoles y que, finalmente, cargó la votación hacia el paro.

Así, los consejeros de Tarapacá -que sesionan en pleno al menos dos miércoles al mes, además de realizar trabajos de comisiones-, se mantendrán en su posición de brazos caídos hasta que llegue una solución de parte del gobierno central.

Los consejeros votaron por el paro a puertas cerradas, una vez más, en una decisión que ya se está tornando una constante y una pésima señal de transparencia.