Del paradigma del contenido al paradigma de la acción

Del paradigma del contenido al paradigma de la acción

17 Agosto 2020

Lo que nos da a entender esta metáfora es que por un lado se define cual es el propósito de la educación actual, la cual se describe básicamente en que el estudiante pueda replicar esos conocimientos asumiendo su verdad.

Macarena Díaz I... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

Hay una imagen popular sobre la escuela basada en la mirada de Paulo Freire que describió la educación como "la visión bancaria de la educación". Esto refleja que lo que ocurre en las escuelas es la mera transmisión de contenidos del docente al estudiante y esto representa a la perspectiva más tradicional del currículo. Lo que nos da a entender esta metáfora es que por un lado se define cual es el propósito de la educación actual, la cual se describe básicamente en que el estudiante pueda replicar esos conocimientos asumiendo su verdad.

Esta constante actividad transmisora ha generado una amplia gama de complementos que refuerzan este paradigma. Uno de los más importantes aunque no el único es el texto de estudio, este es un auténtico contenedor de contenidos agrupados por materias y niveles y complementados con la continua exposición del docente o a la lectura de los propios textos en forma de actividades, resúmenes, esquemas, y otros apoyos visuales. Finalmente el paradigma de los contenidos genera toda una alta carga administrativa en relación validaciones y calificaciones, siendo el examen el broche final para un ciclo de aprendizaje donde este instrumento se ha considerado por muchos años en el mecanismo que permite por excelencia calificar el progreso de los aprendizajes de los estudiantes.

Sin embargo llega el momento de hacernos preguntas en relación con este paradigma para revisarlo críticamente. Para eso debemos centrarnos en aspectos que suponen un serio cuestionamiento del paradigma de los contenidos. En primer lugar los CONTENIDOS que se ofrecen en una secuencia de instrucción directa no son más que una convención, un acuerdo temporal acerca de la validez de ciertas ideas en términos científicos y de su idoneidad en términos educativos. Sin embargo, en la actualidad la información está siendo continuamente actualizada y estas convenciones de acuerdos temporales están variando constantemente.

Por muchos años la imagen del docente se ha representado con un rol del guardián del conocimiento como quien transmite conocimientos y este tipo de rol ha sido fuertemente socavado por Wikipedia y Youtube. El docente ya no representa la única fuente de información y ni siquiera una fuente privilegiada, es un absurdo en un mundo cada vez más hipermediático. No sólo nosotros sabemos que la información está ahí al alcance de todos y que el potencial comunicativo de los nuevos medios supera nuestra capacidad expositiva, sino que nuestros estudiantes también los saben y a veces nos lo hacen saber.

Este siglo ha mordificado los roles, nuestros estudiantes son conscientes de su capacidad para encontrar información, para procesarla y para, incluso, actuar a partir de ella interviniendo como agentes en la realidad lo que ha provocado un continuo rechazo por el rol pasivo del estudiante en este viejo paradigma. Buena parte de la insatisfacción que demuestran nuestros adolescentes respecto al sistema educativo es un rechazo del papel pasivo que el paradigma de contenidos les asigna cuando ellos  han descubierto que son capaces de hacer algo más y algo distinto más allá de replicar la información que les proporciona el docente o el libro de texto. 

Decía Francisco Ginner De los Ríos en un texto de 1887 que, "en cosas de educación, no hay recetas". Más de un siglo después, John Hattie repite, en su libro Visible Learning for Teachers que "no hay recetas fijas que garanticen que la enseñanza tenga el máximo efecto posible en el aprendizaje de los estudiantes, ni tampoco un conjunto de principios que se apliquen a todo el aprendizaje de todos los estudiantes, pero si hay prácticas que sabemos que son efectivas y muchas prácticas que sabemos que no lo son". Es por eso que ha llegado el momento de plantearnos si además del paradigma de contenidos ¿Qué podemos ofrecer de nuevo a nuestros estudiantes? Una nueva educación donde ellos sean protagonistas de su propio aprendizaje y que nuestro trabajo sea trazar esa ruta de aprendizaje.