El Inalcanzable Juego de los Millones

31 Octubre 2008
En Chile aún no se a alcanzado la equidad y las diferencias salariales son excesivamente distorsionadas, decía un dignatario eclesiástico, que no entendía cómo una familia podía vivir con 100 mil pesos y otros con millones. Por H. Pérez W.
Hugo Pérez White >
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Estamos ante una realidad económica expectante para algunos privilegiados del sistema y preocupante para otros, que contrasta enormemente con su acontecer diario.
Esta fiebre triunfalista se manifiesta en algunos famosos que rápidamente se convierten en privilegiados del sistema en que estamos insertos y la sonrisa de estos personajes hiere el orgullo a muchos desheredados de la fortuna, que le dan la pelea a la subsistencia diaria luchando por un futuro mejor, el cual nunca llega y cuyas esperanzas se esfuman como la bruma matinal.
El perfil ganador se muestra en las portadas de los diarios y revistas del corazón y son parte fundamental de los currículum que cada postulante a un cargo o actividad pueda tener y cuando nos damos cuenta de dicha falencia, ya es demasiado tarde y la lucha por sobresalir de este medio que todo lo dificulta, se convierte en una pesadilla y es entonces cuando surgen los medios y recursos ilícitos.
Algunos deportistas se han convertido en una mercancía difícil de cuantificar y se dejan querer ante la oferta y la demanda.
Lo que no alcanzamos a dimensionar pasa también con algunos jugadores de fútbol y entrenadores de este mismo deporte que de la noche a la mañana saltan a la fama y el mercado ejerce su influencia bursátil y de su humilde calle pasan a formar parte de esa elite, que todo lo consigue y todo lo perdona.
Hay actores que declaran a viva voz que ocho millones de pesos mensuales es una ínfima cantidad dada su alta popularidad y así sucesivamente van subiendo la pirámide salarial, sin saber en realidad cuál es la cúspide que se quiere alcanzar.
Bien lo dijo recientemente un alto dignatario eclesiástico, que la equidad aún no se ha alcanzado en nuestro país y las diferencias salariales son excesivamente distorsionadas y no entiende cómo un trabajador puede alimentar a su familia con tan escuálidos ingresos y además tener acceso a una buena educación, a una atención eficiente en salud y menos para usufructuar de una sana diversión en el uso de su tiempo libre, si es que dispone de él.
Y así, sucesivamente podemos informarnos de sueldos que superan los veinte millones de pesos al mes y estas cifras se comentan tan frívolamente, para que todos las escuchen en el living de sus casas hagan castillos en el aire jugando con su escasa imaginación financiera si ello permitiese dimensionar su real magnitud.
Algo está pasando en este país, que aún no alcanzamos a cuantificar en toda su magnitud y es justo esperar que algún día todos los ciudadanos puedan participar de esta danza colectiva, tomados de las manos y al son de una misma canción.
Foto: Mateus Zimmermann
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