Venezuela Expropiará Cementera Mexicana CEMEX

Venezuela Expropiará Cementera Mexicana CEMEX

21 Agosto 2008
Venezuela pasará a controlar en las próximas horas la industria cementera nacional, tras anunciar el lunes la expropiación de la filial de la mexicana Cemex, la tercera en el mundo, una muestra de fuerza del presidente Hugo Chávez en su determinación
Gloria Delucchi >
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“Vence el plazo para las negociaciones y tenemos acuerdos con dos empresas, pero lamentablemente no ha sido posible una negociación con Cemex y entrará en vigencia una medida de expropiación”, manifestó a la prensa el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez.
“En la medianoche de hoy (lunes) tomaremos el control operacional de Cemex”, agregó.
El lunes expiró el plazo concedido por el gobierno de Hugo Chávez a las tres principales empresas cementeras para acordar un precio de venta que permita al Estado tomar el control de esta industria en Venezuela. “Lo que pretendía Cemex está muy por encima de sus capacidades, requerían más de 1.200 millones de dólares”, precisó Ramírez, considerando que sus activos eran muy por debajo de esa cantidad.
El ministro subrayó que tras la ocupación de la planta de Cemex y como estipula la ley, las partes deben estimar un valor justo para sus activos y en caso contrario recurrir a un tribunal.
Cemex es responsable del 50% de la producción de cemento en Venezuela, en tanto que la firma francesa Lafarge y la suiza Holcim producen entre ambas el 50% restante. El gobierno venezolano pagará a Lafarge 257 millones de dólares por el 89% de sus acciones. La firma francesa mantendrá el 5% de sus títulos y el 6% restante se negociará en Bolsa.
Holcim cederá 85% de sus acciones por 552 millones de dólares y pasará a ser socio minoritario con una participación del 15%.
Ramírez indicó que los recursos para pagar a las transnacionales “están disponibles” y que el presidente Hugo Chávez ordenará su ejecución dentro de los próximos 60 días, aunque no detalló cómo se pagará esta deuda.
Por su parte, el vicepresidente venezolano, Ramón Carrizález, explicó que el gobierno estaba dispuesto a pagar por Cemex una cifra cercana a los 819 millones de dólares, es decir lo mismo que por Lafarge y Holcim juntas. “Cemex arrastra serios problemas de eficiencia en materia ambiental y en materia fiscal y eso hay que ponerlo en orden”, valoró el ministro de Energía.
Chávez anunció en abril la nacionalización de la industria del cemento y ordenó negociar con representantes de Cemex, Holcim y Lafarge para adquirir al menos un 60% de sus acciones. El decreto que reglamentó esta nacionalización en junio concedió 60 días para negociar los acuerdos, plazo que venció el lunes a medianoche.
“El objetivo gubernamental con estas compras es “desarrollar una política planificada” para el sector cementero que impulse la construcción de viviendas e infraestructura, óptimos costos y salde problemas ambientales”, señaló Ramírez, quien estuvo al frente de las negociaciones.
“Vamos a tomar las plantas cementeras esta medianoche porque se acabó el plazo y pasan a manos del Estado, como pasó la siderúrgica del Orinoco (Sidor) como pasó la Faja del Orinoco, como pasó la compañía de teléfonos de Venezuela. Todo eso son pasos al socialismo”, expresó Chávez poco después del anuncio de la expropiación de Cemex.
La producción de cemento en Venezuela en 2007 fue de 10,2 millones de toneladas métricas, de las cuales un 50% correspondió a Cemex, 25% a Holcim y 25% a Lafarge. Desde el 2007 el gobierno venezolano lleva a efecto una política de toma de control de sectores estratégicos como la industria petrolera, la electricidad y la siderugia.
Tras casi 10 años en el poder, Chávez enfrenta en noviembre unas complicadas elecciones regionales claves para su futuro, en las que varios analistas prevén una erosión de su amplia mayoría debido a los numerosos problemas que aquejan a los venezolanos, como la inseguridad, la corrupción y el alto costo de vida.
Algunas encuestas muestran que las nacionalizaciones están bien vistas por la mayoría pobre del país, base electoral de Chávez y a la que ha destinado numerosos programas sociales y ayudas estatales financiadas gracias a los ingentes recursos petroleros.
El mandatario quiere que las cementeras, junto con la mayor siderúrgica del país que está comprando a un grupo argentino, le ayuden a mejorar las infraestructuras y a paliar el fuerte déficit de viviendas por el que el gobierno está recibiendo fuertes críticas.
Fuentes:
Reuters
AFP

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