Paulo Coelho: Amado, Odiado, pero Jamás Inadvertido

Paulo Coelho: Amado, Odiado, pero Jamás Inadvertido

26 Junio 2008
Algunos creen que tiene una buena estrategia de marketing. Otros, que su paso por esta tierra dejará imborrables huellas en el mundo literario. Lo cierto, es que no hay nadie que pueda decir que jamás escucho de él. Por A. Ibacache
Andrea Ibacache >
authenticated user Corresponsal
No sé si sea la única, pero muchas veces he oído lo mal “evaluados” que están los libros del denominado género de “Autoayuda”. ¿Es lícito querer recibir ayuda en un momento crítico, aunque sea por parte de un escritor que no conocemos y con el que no sentimos el más mínimo punto de conexión?. A veces creo que libros como “Donde está mi queso” terminaron por “matar” la fama de los libros de autoayuda. Lo cierto es que ya tenemos, y hace rato, un representante latinoamericano en éste género.
A Paulo Coelho lo conocí en el colegio, creo que en tercero medio. “El Alquimista” llegó a mis manos con muy buenas recomendaciones de parte de mi profesora. Soy honesta, al terminar de leerlo dije: “Pucha que es tonto (por no decir otra cosa) Santiago. El pobre viajo tan lejos y todo para descubrir que su tesoro estaba en el punto de partida de su viaje”. Años más tarde, novela en mano, comprendí que el viaje de Santiago no fue en vano, más bien, fue aquel viaje necesario que todos debemos tener en nuestra vida; y cuando digo “viaje”, no me refiero precisamente a moverse físicamente. Conclusión: amé a Coelho, aunque me haya tomado un tiempo entender el secreto de sus escritos.
Comentarios acerca de Paulo me llegaron constantemente. Para algunos, su prosa radica en la capacidad de cautivar a seres sensibles o trastocados emocionalmente, por no decir directamente, a las mujeres. Sólo nosotras podemos comprender de mejor manera tanta charlatanería junta. ¿No será como mucho? De que Coelho seduce, seduce, y lo hace de la forma más sutil: toca emociones, incluso aquellas que ni sabias que existían, y las saca a flote como sentimientos que eran necesarios aflojar. Todo un don Juan Sr. Coelho.
Hace poco tuvimos un reencuentro. Fue una cita doble. Partí con “A orillas del río Piedra me senté y lloré”. No sé si fue la ansiedad por saber cuáles eran las buenas nuevas que me traía mi amigo, pero no logro encantarme. Aún cuando el libro tenía las dosis precisas de amor, entrega, fe y creencias. Sin embargo poco y nada me dijo. Incluso lo volví a leer. Nada. Aunque la capacidad de entrega del protagonista era admirable e incluso podía comprender el miedo constante de Pilar, algo pasó que no me llegó.
Segunda cita: “Manual del guerrero de la luz”. Hermoso. Otra vez Coelho seduce.
“El guerrero de la luz se concentra en los pequeños milagros de la vida diaria. Si es capaz de ver lo bello, es porque trae la belleza dentro de sí, ya que el mundo es un espejo y devuelve a cada hombre el reflejo de su propio rostro. Aun conociendo sus defectos y limitaciones, el guerrero hace lo posible por mantener el buen humor en los momentos de crisis. Al fin y al cabo, el mundo se está esforzando en ayudarlo, aun cuando todo a su alrededor parezca decir lo contrario”.
Otro: “Existe una basura emocional: es producida en las usinas del pensamiento. Son dolores que ya pasaron y ahora ya no tienen ninguna utilidad. Son precauciones que fueron importantes en el pasado, pero de nada sirven en el presente. El guerrero también posee sus recuerdos, pero consigue separar lo que es útil de lo innecesario; él se desprende de su basura emocional. Dice un compañero: “Pero esto forma parte de mi historia. ¿Por qué debo abandonar sentimientos que han marcado mi existencia?”. El guerrero sonríe, pero no intenta sentir cosas que ya no siente ahora. Él está cambiando, y quiere que sus sentimientos lo acompañen” .
¿Qué más puedo agregar? Como síntesis: la importancia de la literatura coelhiana radica en el momento preciso en que llega a nuestras vidas. A mi juicio, no es lo mismo leer sus libros cuando todo en tu vida va de maravillas, en vez que leerlo cuando cuestionamientos filosofales rundan por nuestras mentes, independientes de ser féminas o no. Todos, reconozcámoslo, hemos necesitado una mano amiga. A nadie le hace mal un consejo. Y quizás muchos de los detractores de Coelho reniegan de él por lo incomodo que les resulta haber sido asesorados por un anónimo “Guerrero de la luz”.
Hasta un próximo encuentro, Paulo.
FOTO: nrkbeta
________________________________________________
"Las opiniones vertidas en los comentarios son de exclusiva responsabilidad de los ciudadanos que las emiten y no representan necesariamente a El Nortero, medio que sólo actúa como plataforma de expresión democrática. Más detalles en Normas de Uso para Comentarios"