Marchas, amenazas de bloqueo de la ciudad, vocerías por los medios de comunicación y cinco solicitudes de reunión terminaron finalmente abriendo la puerta de la Intendencia Regional a los taxistas independientes de Iquique, en su majadero intento por lograr el Bono Taxi.

Sin embargo, luego de dos horas de reunión con el Intendente Cartes y el Seremi de Transportes, los taxistas se llevaron la tercera y última negativa a la pedida, esta vez ya por parte de la primera autoridad de la región.

Con esto, se cierra un petitorio que había partido hace algunas semanas en poco más de dos millones de pesos y que, en algún momento, superó los tres millones. En la tarde de ayer, los taxistas entraban a la reunión con el Intendente bajando la puntería a solo $700.000.-.

Pero nada. El Intendente se negó a entregar más bonos, tal como se los había indicado al inicio del conflicto el Seremi de Transportes, Manuel Morales, y luego el Gobernador Gonzalo Prieto.

Marcelo Durana, cabecilla de los taxistas en esta movilización, explicó a la salida de la intendencia que Cartes estaba creando un "apartheid" con su decisión y que evaluarían las acciones a seguir, tal como ha sido la tónica en las negativas anteriores.

"El señor Intendente cerró aún más todo tipo de posibilidades, aún cuando nuestros argumentos fueron muy superiores a la tecnocracia, porque Manuel (Morales) hizo una presentación muy pobre y que echamos por tierra. No hubo argumentos respecto a la exclusión que ellos hicieron, por lo tanto yo califico que este intendente ha generado una situación de apartheid, donde nosotros somos los negros", explicó Durana.

No "sacamos absolutamente nada. Lo único es que él se dignó a recibirnos, por un tema de protocolo, no sé por qué motivo, pero no ha habido un espíritu de negociación sobre la mesa. Es decir, literalmente nada. No hay nada", sentenció tajante e indignado el dirigente.