Sismólogos advierten “precaria” red de monitoreo nacional

31 Marzo 2014

Pese a las lecciones del 27 de febrero de 2010, a realidad indica que la institucionalidad sísmica de Chile sigue siendo precaria, con irregularidades en la administración de los recursos técnicos y escasez de especialistas.

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Luego de la serie de sismos que han afectado al norte de nuestro país, han resurgido las preguntas acerca de la real preparación de nuestra institucionalidad ante un terremoto.

Esto porque han sido reiteradas las advertencias de los especialistas sobre la posibilidad de un megasismo en la zona norte de Chile, debido a la cantidad de energía acumulada, considerando que el último gran evento se registró en la parte final del siglo XIX.

Pero la realidad nos dice que pese a las lecciones aprendidas luego del 27 de febrero de 2010, la institucionalidad sísmica de Chile sigue siendo precaria.

Así lo señala el director del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, Jaime Campos, quien en conversación con Vicky Quevedo en el programa Milenio de nuestra emisora, reiteró la denuncia acerca de la mala utilización de instrumentos adquiridos luego del mega sismo de 2010.

“Hoy están conectados, funcionando de manera no necesariamente robusta aportando información al sistema de monitoreo que tenemos en la Universidad de Chile solo el 10% de esos instrumentos, yo lo dije en enero y fui duramente atacado en ese momento. La situación no ha cambiado, ese 10% de instrumentos tienen una comunicación frágil, prácticamente todo el sistema en Chile de monitoreo sísmico, incluso los instrumentos de la universidad que son del orden de 80 están todos conectados de una manera frágil por Internet”, afirmó Campos.

El académico además manifestó su preocupación por la escasez de especialistas, que en nuestro país no superan la docena.

“Uno tiene que contratar personal altamente calificado en un nivel de fragilidad de esa naturaleza es inconcebible, el país necesita una institucionalidad adecuada para al desafío del problema sísmico nacional, capaz de tener proyección y estabilidad de recursos al largo plazo acompañado de un programa de formación de capital humano experto, para que tengamos de aquí en un horizonte de 10 a 15 años por lo menos unos 50 sismólogos trabajando en el sistema universitario nacional”, indicó el especialista.

Campos agregó que es necesario avanzar en estas materias, si se quiere evitar lo ocurrido en 2010, cuando los sistemas de coordinación y comunicación colapsaron producto del terremoto.

En el norte en tanto, continúan con la preparación en caso de un eventual sismo de grandes proporciones, como sostiene el Intendente de la región de Tarapacá, Mitchel Cartes.

“La actividad sísmica bastante inusual que se está registrando en torno a Iquique, es quizás lo más activo que hemos registrado en los últimos años con la excepción probablemente de la región de Aysén en 2007, donde hubo una cantidad de temblores muy importantes con anterioridad al terremoto del 21 de abril”, señaló Cartes.

Por su parte, el director del Centro Sismológico Nacional de nuestra casa de estudios, Sergio Barrientos, afirmó que esta preparación debe abarcar a todo el territorio nacional.

“La finalidad es revisar por ejemplo, todos los planes de evacuación de los centros asistenciales primarios, como clínicas que están en zona de inundación, consultorios que están en zona de inundación y a la vez el hospital y los consultorios que están en zonas seguras para ver cuáles son los planes de evacuación que tienen”, explicó Barrientos.

Según las conclusiones de un estudio realizado por docentes de la Universidad Católica de la Santísima Concepción y de la Universidad de Concepción, en el caso de haber un terremoto de 8.5 grados de magnitud en el norte del país, las olas llegarían a la región del Biobío tres horas después, con una altura de un metro y medio, aunque esto no representaría peligro para las zonas urbanas.