Para mayor participación, más democracia en nuestra educación

Para mayor participación, más democracia en nuestra educación

13 Junio 2011

Entre mayores son los espacios de participación en los establecimientos educacionales, mayor será el desarrollo de valores democráticos y por tanto mayor será la inclinación de los jóvenes a participar en política.

Freddy Galvez >
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Uno de los estigmas instalados, es que los jóvenes no tienen interés por la política y que de alguna manera se desligan de su entorno. Sin embargo esta suposición se ha ido cayendo a pedazos en el último tiempo. Prueba de ello son las últimas manifestaciones, vinculas a la defensa del medio ambiente, a la defensa de la educación pública y al rechazo de este modelo de desarrollo en general, que cuentan con un importante número de jóvenes.

Sin embargo esto no se ve reflejado en los espacios políticos y democráticos formales. Y si bien son extremadamente valiosos las manifestaciones y movimientos ciudadanos, también es importante que se vea reflejado a través de una participación electoral de los jóvenes, pues en el pasado y en el presente ésta participación sigue siendo relevante y fundamental a la hora de realizar cambios sociales, políticos y económicos. Esto no quiere decir que la participación se limite sólo a esto, es más, las democracias se fortalecen cuando la participación de la ciudadanía y los jóvenes no se limite sólo en el voto, si no que sea una interacción permanente entre jóvenes, ciudadanía y autoridades. Las demandas de la ciudadanía y los movimientos sociales deben ser escuchadas y consideradas permanentemente. Pero insisto, la participación electoral de los jóvenes es importante. 

Si revisamos algunos datos las cifras son categóricas. En la última elección presidencial los jóvenes representaban sólo el  9,2% del total del padrón electoral lo que contrasta con las cifras de 36% del plebiscito de 1988.

Esto tiene diversas causas, una de ella tiene relación a nuestra clase política, que no ha sabido demostrar que la política y la democracia es precisamente el instrumento para realizar cambios sociales profundos. La clase política ha descuidado de los jóvenes y sus propuestas están lejos de responder a las demandas de éste grupo etario, sin duda la poca “rentabilidad” electoral de los jóvenes (representan muy poco dentro del padrón electoral) es una de las causas. Pero me gustaría detenerme en otra causa, que a mi modo de ver también influye y contribuye a la actual situación: la Educación que reciben actualmente nuestros jóvenes respecto a la convivencia democrática de nuestras instituciones educacionales y las materias impartidas relacionadas con la temática.

Si bien se puede constatar una apatía por el sistema político en sí, por parte de los jóvenes, la educación es y será uno de los procesos más importantes en el desarrollo del ser humano, por tanto la formación democrática y la construcción de ciudadana de los jóvenes se fortalece cuando hay un ambiente educacional que promueve dichos valores. 

Primero hay un déficit teórico de manifiesto. La educación cívica nunca debería haber salido de la malla curricular y debe volver a la brevedad. La reducción de las horas de Ciencias Sociales pretendida por el Gobierno también va en la misma dirección. La internalización teórica de los procesos sociales y democráticos va formando en el estudiante una mejor compresión de éstos y una mayor valoración de la convivencia democrática. 

Otro de los puntos que influye es la convivencia democrática de las instituciones educacionales. La escuela es la llamada a fomentar dichos valores. La relación de estudiantes y autoridades educacionales es muy vertical y no hay espacios de interacción reales que den cuenta de espacios democráticos y respeto de opiniones distintas a las establecidas por las autoridades educacionales. Se deben fortalecer los espacios de diálogo entre autoridades educacionales, profesores y estudiantes. Entre mayores son los espacios de participación en los establecimientos educacionales mayor será el desarrollo de valores democráticos y de participación de los jóvenes. 

En la educación superior el panorama no es muy distinto. La demanda permanente de los estudiantes sobre la triestamentabilidad en las universidades, es una añoranza tan antigua como justa. La participación de los estudiantes en las decisiones de su casa de estudio es fundamental, la universidad se construye entre todos y todas y en esa construcción son fundamentales los estudiantes. Respecto al mismo tema, hay en universidades privadas la prohibición de formar federaciones de estudiantes. Eso es francamente inaceptable. Estos son espacios mínimos de participación que deben ser garantizados, el Estado debería exigir a las instituciones privadas no restringir estos espacios de participación.  

Todo esto queda de manifiesto en las últimas movilizaciones de secundarios y universitarios. Un denominador común de todas estas manifestaciones es la falta de capacidad de dialogo de las autoridades educacionales.  Uno puede ver por un lado, legítimas demandas de los estudiantes y por otro a las autoridades de sus establecimientos totalmente ajenas y sordas a sus demandas. Se palpita y se siente los nulos espacios de dialogo cotidiano que les ofrecen a los estudiantes. Finalmente la única forma de expresarse y ser escuchado es a través del paro y la toma de los establecimientos. Eso obedece, claramente  a la falta de voluntad de escuchar a los estudiantes y darle un espacio de participación real en la toma de decisiones. 

Es por ello que siento que es fundamental, para promover la participación de los jóvenes en política, que la democracia y los espacios de participación se inculquen desde la educación. Actualmente el sistema educacional chileno, tanto secundario como superior, no promueve ni enseña estos valores, es más se imparte desde una lógica autoritaria de imposición de reglas. Es por ello que debe realizarse una reforma educacional que incentive la participación democrática de los jóvenes, tanto teórica como en la práctica, promoviendo y entregando reales espacios de participación y decisión a éstos.  

Entre mayores son los espacios de participación en los establecimientos educacionales, mayor será el desarrollo de valores democráticos y por tanto mayor será la inclinación de los jóvenes a participar en política. POR MAYOR PARTICIPACION DE LOS JÓVENES, MÁS DEMOCRACIA EN LA EDUCACIÓN, AHORA.