Opinión: Discapacidad en Chile a 40 años del golpe

Opinión: Discapacidad en Chile a 40 años del golpe

13 Septiembre 2013

Antes del 11 de Septiembre de 1973 las personas con discapacidad se organizaban y marchaban por sus derechos. El presidente Salvador Allende recibía a los dirigentes en la Moneda y Chile invertía en campañas y logística para sacar de la pobreza e integrar a personas con discapacidad.

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*Por Alejandro Hernández, Presidente y Director Ejecutivo Fundación Nacional de Discapacitados – www.fnd.cl 

El 22 de Marzo de 1972 sucedió un hecho que marca la historia de la discapacidad en Chile. El Intendente de Santiago Jaime Concha, envió un piquete de  carabineros a frenar y reprimir a palos a un grupo de dirigentes y miembros de la entoncesAsociación Chilena de Lisiados (ASOCHILI), quienes intentaron traspasar la barrera policial instalada frente al Banco Central, en pleno centro de Santiago.

La finalidad de los asociados era llegar hasta La Moneda para solicitar expresamente al Presidente Salvador Allende no se declararan “artículos suntuarios” los aparatos ortopédicos de primera necesidad. Luego de la acción represiva de carabineros (que golpeó de manera incomprensible a las personas con discapacidad), el Presidente no solo recibió en La Moneda a los dirigentes con discapacidad heridos, sino que tambien solicitó eliminar los impuestos y gastos de internación a los elementos de rehabilitación. El Intendente fue inmediatamente destituido de su cargo.

"Es justo que hagamos un sacrificio y recortemos los dólares a otras cosas para importar controladamente lo que se necesita” dijo Allende a un grupo de “lisiados” (así se les llamaba en los 70 a las personas con discapacidad) que protestaban porque las sillas de ruedas, prótesis, bastones, etc., fueron declarados por el Banco Central de la época como elementos de lujo.

Si bien este hito marca un punto no muy favorable en el gobierno de Salvador Allende, en su administración se importaron los primeros vehículos adaptados para ser conducidos por personas con discapacidad. También se rebajaron fuertemente los impuestos arancelarios para la importación de elementos ortopédicos. Allende claramente era un Presidente conciente y empático en materia de discapacidad.

El gobierno de la Unidad Popular destinó a su vez recursos para articular acciones efectivas en todo el país y que tenían por objeto la integración plena de este colectivo. La televisión de la época debatía sobre discapacidad en sus programas, los dirigentes más destacados proponían los cambios a Ministros e Intendentes a nivel regional.

Luego del golpe militar, se detuvieron y desaparecieron los anhelos de integración y  construcción de un país cohesionado. La discapacidad se vivió en medio de la brutal instauración de un modelo neoliberal y fuertemente gobernado por el mercado, donde los “no competitivos” ni “aptos para la guerra” simplemente no cabían. El modelo asistencialista se impone a nivel de los servicios públicos, se achican y desaparecen beneficios vitales y directos para las personas con discapacidad.

El golpe de estado del 11 de Septiembre de 1973, marca no solo el inicio del quiebre institucional y de décadas de trauma que afecta a distintas generaciones, sino también el fin de los avances logrados en materia de  discapacidad. Con esto Chile retrocede décadas, en un camino que parecía allanado para convertirse en un país desarrollado e independiente.

En los años venideros, Augusto Pinochet instaura a la fuerza el comienzo de las campañas caritativas, donde la idea Discapacidad=Caridad se imprime como un pseudo valor social, absolutamente disociada de la necesaria sintonía real con las necesidades de la  población. El mercado ve en las personas con discapacidad una oportunidad para posicionar marcas, realizándose entonces este matrimonio que dura hasta hoy, como una más de las herencias malditas de la dictadura.

Para los dirigentes de ese entonces, los ochentas transcurrieron en medio de múltiples reuniones donde pedimos ayuda a las cúpulas de la Iglesia Católica, pero no se encontró eco en ella. También, se realizaron visitas de norte a sur, donde en cada ciudad, me tocó constatar que había un país herido por la dictadura y donde el aumento de la población con discapacidad era la tendencia, por el uso de la tortura como práctica sistemática del aparato represivo del Gobierno Militar.

Los ochentas nos llevaron a su vez, hacia la necesaria búsqueda de nuevos horizontes en el extranjero. Este fue el escenario en el que me incorporé a trabajar por los derechos de las personas con discapacidad, a los 13 años, en 1985 junto a antiguos y experimentados dirigentes.