Encapuchados: La verdad del éxito detrás de las máscaras

25 Agosto 2011

Ellos son jóvenes a los que la sociedad los tiene marginados, y que por alguna u otra razón rayan en la anarquía, el descontento, situación social vulnerable y saben que viven y vivirán en medio de grandes limitaciones económicas, sociales, culturales, afectivas, familiares.

José Olivares C... >
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Miles de personas comienzan a retirarse. Algunos se quitan el maquillaje, mientras otros envuelven sus lienzos. Sin lugar a dudas, ha sido una marcha tranquila, por lo que es hora de volver a los colegios y universidades en toma, como lo hacen igualmente muchos mayores que regresan a sus trabajos. En cierto sector, un grupo de no más de veinte jóvenes encapuchados, comienzan a vociferar insultos y consignas procaces a carabineros, recordándoles a sus madres, hermanos, y familia. Luego, uno de los paraderos de buses es destrozado totalmente bajo una lluvia de piedras.

Las fuerzas de seguridad optan por replegarse, al tiempo que evalúan los ataques indiscriminados, se escuchan gritos contra Pinochet,  apoyos a favor de la causa mapuche y hasta del royalty del cobre, temas que salen a relucir entre insultos y carreras. Tienen cara de niños, pero para ellos los carabineros y la sociedad son sus enemigos o quien sabe, todos los que no están encubiertos  son sus enemigos.

Un piquete de fuerzas especiales comienzan por fin a dispersarlos, el ambiente es una confrontación violenta, convirtiendo el lugar en un campo de batalla. Trozos de concretos, fierros, piedras e incluso bombas molotov artesanales, surcan los aires, teniendo como destino los vehículos lanza agua o gases de carabineros, tornando el aire  insoportable, pero esto no los detiene.

Es cierto que existe un descontento en gran parte de la población, pero a estos encapuchados qué los lleva a ser tan agresivos, es lo que la prensa llama el lumpen o en otras palabras, delincuentes que se aprovechan de los disturbios para robar. No son criminales –aún-, cuyas características violentas, no son algo que lo hayan heredado genéticamente, tampoco aparecieron milagrosamente. Son jóvenes que la sociedad los tiene marginados, por alguna u otra razón que rayan en la anarquía, el descontento, situación social vulnerable, sin ningún porvenir y que saben que viven y vivirán en medio de una cantidad enorme de limitaciones económicas, sociales, culturales, afectivas, familiares, etc..

Son jóvenes que disfrazan la frustración y la amargura con una horrible careta que los convierte en villanos agresivos, donde todo lo ven con ojos de destrucción, porque sus vidas también están destruidas. Es un tema que siempre es tratado solamente por su follaje, sin embargo es la raíz la que está enferma y que nadie quisiera que siguiera en dicho estado.

Las instituciones, los gobiernos de turno, la política, las leyes, las pocas oportunidades laborales, el encarecimiento de la educación y la capacitación, han contribuido copiosamente para que esta raíz siga enferma,  exigiendo competividad, calidad y oportunidad, que nadie les ha entregado, costos que estos jóvenes los verán siempre como quimeras en un mundo globalizado en el que jamás serán valorizados ni respetados, porque saben que nunca tendrán los recursos necesarios para dejar de ser pisoteados.

Las lamentables condiciones que sufren las personas y bienes públicos que resultan de estas manifestaciones de rostros encubiertos, no tienen nada que ver con el ocultamiento de sus identidades del que hacen gala tantos héroes como el Hombre Araña, Batman, El Llanero Solitario o El Zorro, mostrándose como incansables luchadores de la justicia en bien de sus respectivas comunidades, hecho que aunque sea en la ficción, es totalmente aceptable por todos sus miles de seguidores. En esta situación, es reprobable la destrucción causada que borra de un plumazo los esfuerzos de toda una vida de miles de esforzados ciudadanos o menoscabo del patrimonio público. 

Es un gran problema, pero ¿qué resulta de todo esto, mantener una actitud soberbia o declarar finalmente que nos hemos estado equivocando desde hace mucho tiempo, aceptando que creíamos que nuestra sociedad estaba bien y que cada día crecíamos económicamente? ¿Quiénes eran los que se hacían más ricos y más poderosos?

Comentarios

Imagen de Sonia Quilodrán

Muy atinado el análisis, creo

Muy atinado el análisis, creo que estos chicos encapuchados esconden (aparte de su cara) una rabia y frustración y ellos se rebelan contra este sistema injusto que tenemos en Chile, no hay duda que más de alguno se aprovecha para delinquir, pero debe haber algo en sus vidas que no funciona bien, pero tambien discrepo absolutamente con el Intendente del Bio Bío, hay niños y niñas que han crecido en hogares disfuncionales y han crecido siendo chicos ejemplares, lo que la sociedad debiera hacer es preocuparse y ojalá darles una oportunidad de encausar sus vidas de mejor forma, siempre hay una critica, acusaciones y descalificaciones, pero nada más, como mamá me da pena ver todo esto, y lo que es peor que los noticieros se quedan pegadas en estas imagenes que repiten y repiten tantas veces que terminan saturando, en vez de destacar lo creativo, lo innovador y el ingenio de los estudiantes destacan la violencia... un saludo en este su primer año de vida, éxito en todo vuestro quehacer periodístico y feliz aniversario.