Este año un grupo de amigos decidió emprender un nuevo y original negocio de comida rápida en nuestra ciudad. Fue así que iniciaron Kombi Roots, un proyecto que sigue la tendencia vista en otras ciudades, como Pucón y Puerto Varas, donde los vehículos de venta de sándwiches se toman las plazas.

Así, los tres iquiqueños decidieron ofrecer a los comensales locales una novedosa alternativa, con comida rápida preparada a la vista, en una cocina ambulante montada sobre una llamativa combi Volkswagen.

¿El problema? A pesar que ya cuentan con la autorización sanitaria por parte de la Seremi de Salud y que fueron apoyados por Sercotec, la Municipalidad de Iquique decidió no otorgarles el permiso para trabajar en las calles de la ciudad.

Esto provocó que los jóvenes, que incluso vendieron sus productos en las ramadas locales durante las fiestas patrias, publicaran su malestar a través de Facebook, haciendo a la vez un llamado a la administración municipal a regular este tipo de negocios, para evitar la “evasión de impuestos, patentes y enfermedades”.

“Hoy después de tantas gestiones y reuniones les comentamos que el señor alcalde Jorge Soria se rehúsa a dar permiso para trabajar a jóvenes emprendedores como nosotros, argumentando que él no da permiso, porque ni siquiera autorizó a su cuñado”, señaló Andrés Ugarte en grupos de venta de la red social.

Pero los iquiqueños no se quedaron ahí en el mensaje, ya que contaron con la simpatía de cientos de usuarios de Facebook quienes les enviaron mensajes de apoyo.

“Queremos ser un aporte a las arcas del estado y municipio, y no un problema. Hay muchos iquiqueños que queremos lo mismo y hacer las cosas de buena forma y no a la mala como muchos los hacen en ferias itinerantes, terminal agropecuario, de noche en Tarapacá con Amunátegui, etc. Ya se hace en muchas ciudades de nuestro país, y así debería ser”, afirmó el emprendedor.

Entre los comentarios recibidos en la publicación de Kombi Roots, apareció la pregunta sobre los carritos de completo que están dispuestos en distintos puntos de la ciudad, los que sí cuentan con la autorización municipal, a diferencia de lo que ocurre con este novedoso proyecto gastronómico.

Al respecto, Ugarte remató comentando que “mi residencia es en esta ciudad y pelearé por mis derechos como ciudadano honrado y honesto, porque no es un problema personal, sino social. Si los extranjeros pueden trabajar en nuestra tierra, por qué yo no”.