Buenas conversaciones, buenos futuros
El divorcio, la normativa chilena con más insensateces
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authenticated userLa llamada "ley de divorcio", no era precisamente la que esperábamos. Por ejemplo, para divorciarse con una causal grave, como es la violencia intrafamiliar, tales agresiones deben ser graves o derechamente que se haya atentado en contra de la vida de uno o de un hijo. Y probarlo en tribunales. Es decir, para divorciarse bajo esas condiciones, hay que llegar moreteado, en camilla o con un pulmón perforado de un balazo de su cónyuge. ¿Por qué cachetear día por medio a la pareja no es una razón suficientemente poderosa para poder divorciarse del matón? ¿Como puede ser que la víctima tenga que esperar que le den una feroz pateadura en el suelo o que le entierren un cuchillo en el cuello, ambas agresiones fáciles de ser certificadas y acreditadas por cualquier centro asistencial, para tener derecho a alejarse para siempre del cobarde agresor? ¿Encuentra usted sensato arriesgar la integridad de las personas para que tengan ese derecho?
Luego, al referirse la ley al requisito de transgresión de los deberes de convivencia, socorro y fidelidad, precisa que tales faltas deben ser "reiteradas", esto es que ocurran dos o más veces. En mi opinión, no se debió legislar priorizando lo "cuantitativo" de la falta, sino en lo cualitativo, es decir, calificar en su mérito la causal. Si él o la cónyuge es infiel una vez, para la gran mayoría que se respete a sí mismo es más que suficiente para destruir la confianza que se le tiene a la pareja. ¿ Por qué el "cornudo" debe esperar que una descarada e infiel esposa o marido lo engañe una y otra vez para tener recién derecho a mandarlo(a) a la punta del cerro ? Es impresentable, porque atenta contra la dignidad de las personas.
Respecto al divorcio de común acuerdo y sin hijos, como no es materia controversial, y es en el fondo una decisión íntima de la pareja, como lo fue casarse y en ese momento nadie les exigió un tiempo previo de reflexión para que pensaran bien esa decisión de hacer una vida en común, me parece que bastaría firmar los "acuerdos suficientes y completos" ante notario y que éste los despache al juzgado de familia para su toma de razón y ratificación. Significaría un importante ahorro en plata y tiempo para el Estado y la pareja.
En cuanto a la compensación económica, si bien la normativa busca un fin noble y justo, es tremendamente ambigua en su redacción. Los requisitos para solicitar la compensación son poco precisos. Pero lo peor, es que se desconoce la forma de calcular el monto y la forma de pago si procede. En el fondo los parlamentarios no se dieron el trabajo de idear la forma de llevarlo a cabo y optaron por lo cómodo: que el juez , aplicando su criterio, determine el monto y demases. Pero le propongo que nos transformemos un momento en el abogado del diablo: ¿se ha puesto a pensar que este derecho , destinado preferentemente a las mujeres , puede también ser convenientemente perverso? ¿Por qué se preguntará usted?
Según los resultados de la 2ª encuesta de la OIT, Comunidad Mujer y Datavoz, "barómetro mujer y trabajo 2009" , realizada en Enero 2009 a 1.100 mujeres chilenas SIN ACTIVIDAD LABORAL , un 31% respondió que no trabaja porque "NO QUIERE HACERLO" y un 40% no trabajaba porque valoraba no estar obligada a levantarse temprano ni tener que cumplir un horario.
En buen chileno, un contundente 71% de mujeres ya no trabajaba por "cómoda" o "floja". Lo prueba el hecho de que el 82% afirmó haber trabajado hasta antes de casarse. O sea, un alto porcentaje de féminas chilenas deja de trabajar tras contraer matrimonio. Según los datos y respuestas de tal estudio, se podría perfectamente concluir que no pocas se casan por conveniencia económica. Esperan ser una esposa "mantenida" . Y si la relación no resultara, igual recibirán una compensación económica por haberse quedado en la casa. ¿Es justo eso? ¿Será muy descabellado o perverso pensar así?
Fíjense que yo estimo que no . Entre el 2006 y marzo del 2010, el 76,5 por ciento de los divorcios han sido unilaterales (promedio anual) y según datos de una Jueza del 4º Juzgado de familia de Santiago, de cada 10 compensaciones económicas solicitadas por las interesadas, 7 mujeres NO tenían derecho a recibirla, pero de todas formas la solicitaron. Me imagino que pensaban en aquel dicho de "en pedir no hay engaño". Así las cosas, le sorprende a usted que aumenten tanto las uniones de hecho ? Ahora ya sabe por qué, entre otras razones, se han disparado las convivencias estos últimos años.
Entre sumas y restas, al hombre chileno ya no le conviene casarse.
Ricardo Viteri Prado
Director WWW.SEPARADOSDECHILE.CL
Foto: Daquella manera en Flickr (CC).