Comunidad trans y los medios de comunicación: el síndrome IEC

11 Julio 2011

A las barreras de tipo legal, laboral y sanitaria, se suma una cuarta: la barrera comunicacional que llamamos Síndrome IEC, porque son tres los fenómenos que la caracterizan: ignorancia, estigmatización y caricaturización.

Valentina Verbal >
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Comunidad y círculo trans

La comunidad trans es la formada por las personas que encajan en una de estas dos categorías:

a) Transexuales: Nacen con un desacuerdo entre su sexo biológico y psicológico al punto de sentir un fuerte rechazo por sus genitales; y de, por consiguiente, aspirar a una cirugía de reconstrucción genital.

b) Transgéneros: Nacen con el mismo desacuerdo anterior, pero no al nivel de sentir un rechazo radical hacia sus genitales y de aspirar a la mencionada cirugía.

Pero ambas situaciones tienen como punto común el tratarse de personas que nacen con una desarmonía entre su sexo biológico y su identidad de género, derivada de su sexo psicológico y del rol social que ellas desean asumir externamente.

Por otra parte, ambos grupos se ven afectados por el denominado círculo trans: un círculo vicioso del que cuesta mucho salir. ¿Qué es esto? Son todas las barreras sociales que impiden que estas personas lleven una vida digna según su identidad de género. Estas barreras se resumen en lo siguiente: para poder aspirar a un trabajo digno, se requiere que la identidad legal concuerde con la de género; para cambiar la identidad legal, hay que contar con una cirugía de reconstrucción genital; para aspirar a ésta, hay que tener dinero; y para tener dinero, hay que poseer un trabajo, y no precisamente uno cualquiera.

El Síndrome IEC

A las barreras anteriores (de tipo legal, laboral y sanitaria) se suma una cuarta: la barrera comunicacional que llamamos Síndrome IEC, porque son tres los fenómenos que la caracterizan: ignorancia, estigmatización y caricaturización.

En esta primera parte, me referiré al primer fenómeno por el que, en general (siempre hay excepciones que confirman la regla) se caracterizan los medios de comunicación (editores y periodistas) a la hora de abordar la realidad de las personas trans en Chile: la ignorancia.  

Conceptualmente, ignorancia es el desconocimiento de una realidad particular. Y, con relación al tema que nos ocupa, la mayoría de los medios padece de una ignorancia supina, porque deriva de una negligencia en investigar y aprender lo que se necesita saber para informar adecuadamente. Conocimiento que se puede adquirir de manera accesible vía Internet.  

Situaciones frecuentes

a) Confusión de conceptos: Normalmente, los medios se refieren a las personas trans como travestis o transformistas La palabra travesti, según el diccionario de la RAE significa: “Persona que, por inclinación natural o como parte de un espectáculo, se viste con ropas del sexo contrario”. Por lo tanto, se trata de un concepto de significado amplio que puede, incluso, abarcar a hombres heterosexuales que, episódicamente y con fines fetichistas, utilizan prendas femeninas. Esta misma definición incluye a los llamados  transformistas que alude a las personas que, con fines artísticos, se visten con ropas del sexo contrario.

Pero, ¿por qué resulta inadecuado utilizar las denominaciones de travesti y transformista para referirse a las personas trans (transexuales y transgéneras)? En primer lugar, porque hacen referencia a un aspecto accesorio de la realidad trans: el vestirse con ropas del sexo contrario. Y, luego, lo que es mucho más importante, porque no toman en cuenta lo más determinante de la condición de estas personas: al hecho de nacer con un desacuerdo entre su sexo biológico y psicológico.

Obviamente, si los medios se quedan en el aspecto secundario de vestirse con prendas del otro sexo, y no van el tema de fondo que es el de la identidad de género, menos aún van a llegar al grave problema social que enfrentan las personas trans.

 

b) Mal uso de pronombres: Además de lo anterior, y por el hecho de no ir al quid del asunto que es la identidad de género, la mayoría de los medios no respetan el pronombre con el que las personas trans deben ser identificadas. Así, por ejemplo, una mujer trans es aquella que nace con anatomía masculina, pero con sexo psicológico femenino, por lo que debe ser llamada según el género femenino.

Sin embargo, la mayoría de los medios acostumbran a hablar de “los travestis” y “los transexuales” para referirse a las mujeres trans. E incluso, en algunas ocasiones, llegan a mencionar el nombre legal.

Ejemplos recientes

a) Programa Fruto Prohibido de TVN: En un capítulo de este programa se invitó a una chica transgénera (Daniela Arraño) junto a un conocido transformista (Ariel Cerda-Arianda Sodi). Aquí se cometió el error de tratar a Daniela como “travesti”; y de referirse  al caso de Sandy, una mujer trans de Valparaíso, brutalmente agredida en su rostro, como “el travesti”; e incluso mencionando su nombre legal (de género masculino). Pero, en general, el punto de fondo es que este programa mezcló como un todo la realidad trans con la de los transformistas.

b) Reportaje de Meganoticias (noticiero del canal de televisión abierta Mega): Otro ejemplo, siendo mucho peor por su carácter estigmatizante (lo que será materia de una próxima columna), es el del noticiario de Mega, en el que el periodista Rodrigo Ugarte llegó a decir la frase: “Lo que parecía ser una hermosa mujer, en realidad era un hombre”.

Considero mediocre esta forma de abordar la realidad trans por parte de los medios de comunicación en Chile, porque demuestra una falta total de investigación sobre el tema tratado. Y lo peor de todo es que esta situación no sólo no ayuda a terminar con el círculo vicioso de barreras sociales a que esta comunidad se ve, cotidianamente, enfrentada, sino que, incluso, coopera a perpetuarlo y legitimarlo.

 

FOTO: Activista trans chilena http://www.flickr.com/photos/mums/416035650/