[Opinión] El borde costero de Iquique: Una sobredosis de inversión pública

[Opinión] El borde costero de Iquique: Una sobredosis de inversión pública

07 Enero 2019

Claro, nos agrada tener un borde costero de buen nivel, pero es el momento oportuno para empezar a dejar de mirar hacia el mar y voltear la mirada hacia el cerro.

Alex Ruiz Cerda >
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Playa Cavancha se ha posicionado como el mejor balneario de Chile, un logro que resulta de la mezcla de sus indiscutibles atributos naturales y las obras de mejoramiento realizadas durante muchos años para fortalecerla. Sin lugar a duda es parte del imaginario colectivo que tenemos como ciudadanos, pero sobre todo un punto de alto interés para los turistas, que buscan en sus visitas aprovechar al máximo sus cualidades. El borde costero se ha transformado en una “Imagen Turística de Exportación”, una apuesta acertada que nos ha traído muchas retribuciones.

En este contexto lo más lógico es creer en el aumento de la inversión sobre nuestro mayor atractivo natural, para que siempre parezca innovador, atractivo y actualizado, asumiendo que nos traerá eternos beneficios. Al respecto, es necesario tener cautela ante esta práctica, ya que nos está llevando de forma acelerada a una de las patologías urbanas contemporáneas denominada “La muerte por sobredosis de inversión pública”, síntoma que han sufrido varias ciudades costeras del mundo. Este fenómeno se produce por la inversión obsesiva, reiterada o la superposición de distintos fondos públicos sobre un mismo lugar, atributo o atractivo que posea una ciudad. Finalmente, todo se transforma en fuertes contrastes, desequilibrio del desarrollo y el debilitamiento de zonas postergadas, que no logran aumentar su calidad de vida en el tiempo.

En este análisis es válido tener en cuenta que la superficie del Paseo Playa Cavancha corresponde a menos del 1% de la superficie urbana vigente y tan sólo al 7,6 % del largo total del borde costero de la ciudad. Teniendo en cuenta lo anterior, es tremendamente valorable la imagen que se ha logrado transmitir interviniendo fuertemente sólo esa fracción del área urbana, y a la vez se vuelve auspicioso pensar en todo lo que podemos lograr enfocando el mismo esfuerzo, gestión e inversión pública por varios años en otros sectores de la ciudad. Así surgen varios candidatos en el borde costero como la Playa Huayquique, Ex playa del Colorado, la playa Bajo Molle, primeras piedras o la Ex ballenera. Ante la tendencia de inversión pública sobre áreas con alta vulnerabilidad por riesgos naturales marítimos, será necesario dosificar y evitar la alta concentración de inversiones sobre el mismo tramo costero, buscando equilibrar y activar proyectos más resilientes dentro de la trama de la ciudad. De forma estratégica se lograría aumentar la diversidad de atractivos, un reparto más equitativo de los atributos y reducir el déficit de espacios públicos, buscando las mejoras hacia los residentes por sobre los visitantes.

Claro, nos agrada tener un borde costero de buen nivel, pero es el momento oportuno para empezar a dejar de mirar hacia el mar y voltear la mirada hacia el cerro. En este ejercicio nos encontraremos entre otros, con atractivos no potenciados como el Santuario Cerro Dragón, con cualidades naturales únicas, que cualquier ciudad del mundo se lo quisiera.

Al fin y al cabo, si nos ponemos a pensar Iquique es un borde costero desde la primera toma habitacional a pie de cerro hasta la última roca que se hunde en el mar.