De los cambios en el Gabinete y otras hierbas

26 Noviembre 2012
Respecto de los rechazos a algunas partidas del presupuesto, la Concertación está jugando de la misma manera que la Alianza en el pasado, es decir, patalear en todas aquellas glosas que contengan platas para publicidad.
Matias Carrozzi >
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Quedan pocos “colegas” pontificando sobre el Gobierno del Presidente Sebastián  Piñera. La mayoría prefirió seguir la moda y dedicar sus esfuerzos a anal-izar los pasos de aquellos que buscan reemplazarlo el próximo año y, ojo, no digo que sea importuno hacerlo, pero creo que aún quedan cosas entretenidas de discutir en esta administración, entre ellas, el ajuste de gabinete y la reciente ofensiva comunicacional con que el Ejecutivo busca amarrar el presupuesto del próximo año.

Pero vamos por parte. Desde el punto de vista político, innegable es el acierto del Gobierno al dejarle agenda a don Andrés Chadwick. El Presidente Piñera le dio con el palo al gato, tanto que, a casi tres semanas del ajuste, su primo hermano se instaló, vicepresidencia de prueba, como el hombre ancla, permitiendo que La Moneda, por primera vez, articulara desde sus oficinas las pataletas de los partidos políticos 

Chadwick ha demostrado que Interior le queda. Controló con eficacia el intento de sublevación de su propio partido con las reformas políticas, la ley que busca homologar los derechos legales en convivientes del mismo sexo (AVP) e invisibilizar las disputas internas por la prescindencia de los ministros, intendentes y gobernadores en las primarias. Controló a Pablo Longueira, rentabilizó la ausencia de liderazgos en la Concertación (léase ley de pesca) y dirige la ofensiva comunicacional del Gobierno para hacer parecer a la oposición como viles y egoístas personajes dispuestos a dejar a los niños de la Junji sin comida o a la Dirección del Trabajo sin recursos para fiscalizar al los grandes supermercados, durante la tramitación del presupuesto de la Nación.

Lo único que oscurece el nuevo diseño, a mi juicio, es que Andrés está haciendo tan bien la pega que concentra todo el poder en su persona, dejando a su reemplazante, la Cecilia Pérez, en una suerte de vocera a medias, repetidora quizás, afectada por lo que los siúticos entenderán como falta de empoderamiento. Esta situación, lamentablemente, debe tener a más de alguno en Renovación Nacional analizando si hicieron un buen negocio. ¿Ganaron una ministro o perdieron a una segura congresista?

Quizás los asesores de la ministro Pérez ya le pasaron el dato y sabrán utilizar el berrinche de la UDI por el AVP para revertir esta sensación e insistirán, pese a las presiones, en reunirse con los gremios interesados en su tramitación para evitar, llamémoslo así, el síndrome Von Baer, todavía más, considerando que el 2013 es año electoral y su partido no querrá que su “socio” cope todos los espacios es un país donde la imagen si lo es todo.

Por último, y sólo por deporte, respecto de los rechazos a algunas partidas del presupuesto,  la Concertación está jugando de la misma manera que la Alianza en el pasado, es decir, patalear en todas aquellas glosas que contengan platas para publicidad, entendiendo que el Gobierno, naturalmente, intensificará sus esfuerzos por hacer que hasta el ultimo pelagato se entere qué se está haciendo.

La sensación térmica, que en política es tan o más importante que la realidad, juega en contra de las aspiraciones electorales de la Alianza y, por consiguiente, el Gobierno hará lo necesario para, utilizando su poder discrecional, emparejar la cancha.

Esto es parte del juego y nadie, más o menos entendido en el área, podría espantarse con estas maniobras sabiendo que, en el peor de los casos, las platas del 2013 serán las mismas del 2012.

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