Uno de cada doce jóvenes en Latinoamérica no tiene educación suficiente para tener trabajo digno

17 Octubre 2012

Preocupantes cifras arrojó el décimo Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo, presentado por Unesco en Santiago: ocho millones de personas entre 15 y 24 no ha terminado sus estudios primarios.

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En América Latina y el Caribe, más de ocho millones de personas que tienen entre 15 y 24 años, es decir, uno de cada doce jóvenes, no ha terminado sus estudios primarios y no tiene las competencias requeridas para acceder al mundo del trabajo.

Esta fue una de las conclusiones de “Los jóvenes y las competencias – Trabajar con la educación”, décimo Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo, iniciativa adoptada en 2000 en Dakar, Senegal, con el compromiso de dar educación básica de calidad a niños, jóvenes y adultos cumpliendo seis objetivos antes de 2015.

La sede de la Cepal en Santiago fue el lugar en que se presentó oficialmente el extenso informe, que respecto de Chile destaca su cobertura en acceso a educación primaria y la implementación de programas como Chile Solidario.

No obstante, también enfatiza la desigualdad entre los estratos más altos y bajos de la población y señala que la política de entregar vouchers a los estudiantes no impidió las masivas protestas que se produjeron en el país.

El director de la oficina regional de Unesco en América Latina y el Caribe, Jorge Sequeira, señaló que pese a los avances en distintas materias, “el gran tema pendiente de la región es la calidad de la educación”.

“De acuerdo a los estudios que se han hecho, de la Unesco y otros socios, en primaria y secundaria los estudiantes todavía no están aprendiendo los rudimentos básicos necesarios para seguir adelante. Eso se refleja más en sus edades posteriores, cuando tienen problemas para encontrar empleo y llevar una vida digna. Más allá de los temas de educación, la región de América Latina y el Caribe sigue siendo la más desigual de todas”, explicó.

El funcionario de Unesco subrayó que la inequidad que no se puede enfrentar sin una educación de calidad que puede entregar movilidad social a la población.

Por su parte, Guillermo Dema, especialista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), habló de una “generación perdida” de millones de jóvenes que al no acceder a educación de calidad, tampoco tienen condiciones dignas de vida y trabajo.

Esto, según el experto, explica las manifestaciones de jóvenes que se han producido en Chile y otros países del mundo: “No solamente ven un futuro incierto sino que tienen un presente ya de por sí muy penoso. Además, cada vez más reclaman mayor participación, también en el diseño de esas políticas y acciones que tengan que ver con el desarrollo de sus sociedades y especialmente con todas las acciones y programas que se generen para ellos mismos. Todas esas movilizaciones que tuvieron lugar en 2011 y 2012 y que todavía irán en crescendo en muchos países del mundo, no son otra cosa que un llamado de atención que están haciendo esos jóvenes para que su voz sea tomada en cuenta”, indicó.

En la ocasión, también Antonio Molpeceres, coordinador residente de Naciones Unidas en Chile, relevó que estas condiciones impiden además a millones de jóvenes poder ejercer efectivamente sus derechos civiles: “Factores como el ingreso, el género, origen étnico o residencia son claros condicionantes, cuando no barreras determinantes, en el acceso y disfrute de derechos ciudadanos y condiciones de vida básicas. La satisfacción de las necesidades mínimas no está asegurada para una gran cantidad de jóvenes. La incidencia de la pobreza y la indigencia afecta a un 25 por ciento de los jóvenes entre 15 y 29 años, lo que impide el ejercicio efectivo de derechos consagrados y reconocidos en las constituciones nacionales y diversos instrumentos internacionales”, señaló.

Restando poco tiempo para llegar a 2015, cuando deben cumplirse los objetivos, el informe de Unesco realiza una serie de recomendaciones, como la inversión de los Estados y organismos privados en educación, la oferta de vías alternativas para que millones de jóvenes adquieran las competencias básicas y el fortalecimiento de la enseñanza secundaria, entre otras.