Stanley Kubrick; cuando el cine comienza en los créditos

08 Marzo 2016

Este lunes 7 de marzo se cumplieron 17 años desde que falleció uno de los genios más grandes en la historia del cine. Aquí que contamos por qué Kubrick cambió la forma de hacer películas.

Guillermo Adrianzen >
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Este lunes se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de Stanley Kubrick, director de cine norteamericano autor de un gran número de películas que lograron trascender en la historia del cine a nivel mundial.

El legado de Kubrick en el cine se resume que, para la visión de este periodista, logró elaborar películas que jamás terminaron con los créditos porque cada una fue capaz de generar un conjunto de leyendas que nacieron justo después de la escena final.

Como hoy es difuso imaginar cómo sería estar en el planeta Mercurio, alguna vez ocurrió lo mismo con el espacio. Tanto así que la mayoría de las cintas que contaban historias externas a la tierra eran en mayoritariamente parodias y comedias, así como Plan 9 del Espacio Exterior.

Su mayor acierto será la creación de una película que retrataba de forma verídica cómo era el espacio. Un trabajo que por primera vez llevó a la ciencia ficción a ganarle una carrera a la ciencia real. Hay que poner énfasis en que '2001: Odisea del Espacio' se estrenó en 1968, un año antes de que Estados Unidos pusiera un hombre en la luna y mostrara un inédito video de qué era lo que pasaba en esa pelota blanca que se veía desde la tierra.

Incluso, hay una leyenda clásica que dice que el material no se grabó realmente en la luna, ya que inmersa en una competencia espacial con Rusia la NASA habría contratado a Stanley Kubrick para que produjera el montaje. Pero al final insisto, es una leyenda.

Su film más polémico fue La Naranja Mecánica. Aquella película de 1971 marcó una tendencia presente hasta hoy, muchas veces emulada pero en escasas oportunidades desarrollada. El personaje Alex De Large se convirtió en uno de los antihéroes más icónicos del cine, rodeado de una estética perversa, un presente encadenado a temores y una mentalidad retorcida pero consecuente.

40 años atrás, el público miraba a un tipo con intenciones despiadadas y sin quererlo se ponía una máscara para convertirse en un pandillero más de los que acompañaban a De Large. La práctica profesional del verdadero antihéroe. A lo mejor sin música clásica hubiese sido un vándalo del montón, pero el hombre tenía estilo y el mejor ejemplo de esto es la censura a la que estuvo sujeta la película por hartos años en numerosos países.

Otro enorme mérito lo da en 'El Resplandor'. Una película de terror que jamás necesito de criaturas o caer en el facicilismo chocante de llenar con violencia y sangre la mayoría de las escenas. Es la clase maestra de cómo llevar al cine una novela de Stephen King. Construyó un monstruo sin ninguna necesidad de ponerle garras, alas o elementos de fantasía. Si hubiese una universidad de villanos del horror, Jack Torrance debería ser uno de los decanos y mucho trabajo tendría con la nueva generación de cine de terror.

Stanley Kubrick partió de este mundo demostrando una vez más que se dedicaba a hacer películas que comenzaban cuando aparecían los créditos. No logró ver terminada su última producción, pero la reflexión de alguien que vio muchas veces varias de sus películas es que sí cumplió su objetivo. Ojos Bien Cerrados.

Es una película de romance, pero muy distinta al concepto tradicional de films románticos. Un amor oscuro y lleno de basura debajo de la alfombra. Nicole Kidman y Tom Cruise eran la pareja perfecta en los años noventa, pero protagonizaron la última obra maestra de Kubrick y el matrimonio se acabó al poco tiempo después. Quizás si nunca hubiesen participado de aquel montaje hubiesen seguido juntos, siendo una de esas parejas perfectas de Hollywood.

Reforzando el mensaje de este artículo, las obras de Kubrick comenzaron siempre después de la última escena, con episodios ya ajenos a su trabajo; él solo se dedico a hacer cine. Le ganó a la ciencia ficción, asustó al cine de terror y con el último drama sobre romance terminó con uno en la vida real. Stanley Kubrick dejó una huella tran grande en el cine que ni los estudios se atreven a crear remakes de sus películas, omitiendo Lolita, que parece que es lo mejor que podemos hacer.