Con el anuncio del inicio de la obra de restauración del patrimonio arquitectónico del Lagar de Matilla, el alcalde Iván Infante Chacón, celebró junto a la familia piqueña el Día de Patrimonio Nacional, en una jornada realizada en la Plaza de Armas que convocó a gestores culturales, clubes de cachimbo y exponentes del arte y la gastronomía.

En la oportunidad la autoridad comunal, informó que el municipio está desarrollando un mega proyecto que permitirá rescatar la memoria Patrimonial y poner en valor el Lagar de Matilla, declarado Monumento Nacional en 1977.

Terminadas las obras, el alcalde anunció que iniciará un proyecto que permitirá crear la Ruta de Los Lagares en el desierto más árido del mundo, bajo el nombre “Anda a la Jaya Ja”; canto que interpretaban los esclavos negros que pisaban la uva para convertirla en caldos, que luego eran almacenados en grandes tinajas para ser fermentados.

También indicó que la Municipalidad de Pica creó la unidad de Patrimonio, integrada por un equipo de profesionales que trabaja de manera conjunta con Monumentos Nacionales en levantamientos topográficos de los lagares de la Comuna.

“De los 35 lagares en la Comuna, hoy sólo quedan 15, de los cuales se han realizado levantamientos en los lagares de San Isidro y Miraflores. Sin embargo, Monumentos Nacionales comprometió recursos para desarrollar próximamente, estudios en los lagares de Colina y Botijería”, indicó el edil.

Cabe destacar que el Lagar de Matilla, se encuentra cerrado después del terremoto de 2005, debido a que constituye un peligro de derrumbe y accidente para sus visitantes.

En este contexto Infante indicó que, el lagar no está en el sitial patrimonial que le corresponde, pues su estado actual no refleja la importancia significativa que tuvo en las comunidades de Pica y Matilla.

Los trabajos de restauración también se complementarán mediante una investigación, histórica, musicológica y antropológica, que permitirá establecer las bases para un rescate integral de la cultura vitivinícola del oasis.

Historia

Desde fines del siglo XVII hasta principios del siglo XX, la principal actividad de Tarapacá fue el cultivo de la vid y la producción de vinos, siendo los lagares ubicados en las principales haciendas del periodo colonial de Quisma, Matilla y Pica, los únicos testigos del desarrollo vitivinícola que forjó los inicios de la cultura de la zona.

Producto de esta importante actividad patrimonial surgió “La Fiesta de la Vendimia”, considerada un símbolo de identidad de estos oasis, y que tras su apogeo, quedó como recuerdo en la memoria de los vecinos más antiguos de la zona.

Monumentos

La Comuna de Pica resalta por su riqueza patrimonial, entre los que destacan cuatro monumentos de carácter históricos decretados, como la Iglesia San Andrés y el Hospital de Pica; el Lagar de Matilla junto a su Iglesia Campanario, lo que se suma a las históricas casas patrimoniales y lugares típicos del oasis.