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Educación en linea es el nuevo rival del campus universitario

20 Febrero 2012

“Estudia en línea y gradúate en el campus” es el lema de la Universidad de Liverpool, en Reino Unido, que da la bienvenida a su sitio web.

Gloria Delucchi >
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La Universidad de Stanford ofrece textos completos, sin ningún costo, a través de su servicio HighWire, mientras que el Massachussets Institute of Technology (MIT) anunció hace pocos días que impartirá cursos en línea gratuitos. La percepción es que la educación a distancia y universal va in crescendo.

Tanto, que el debate acerca de si la educación en línea terminará sustituyendo eventualmente a la presencial ya se  está dando en EE.UU. Con lo costosos e inaccesibles que se han vuelto los estudios superiores en este país, cuesta pensar que los estudiantes elegirán endeudarse y pagar más de US$ 50.000 al mes el lugar de formarse en su casa a través de una computadora.

El periodista Stephen T. Gordon del The Boston Globe, por ejemplo, cree que en unos años los campus se convertirán en lugares en los que los estudiantes acudirán sólo para buscar tutorías, establecer redes o simplemente socializar. Según él, ellos preferirán perderse de toda la experiencia universitaria que invertir en una formación de prestigio, para luego conseguir trabajos que no les generarán ganancias suficientes como para solventar sus deudas producto de matrículas sumamente costosas.

Ante este panorama se podría pensar que un  latinoamericano preferiría hacer un curso en el MIT, lo cual aportaría mucho a su curriculum, que pagarse estudios en la Universidad del Salvador en Argentina, por ejemplo.

Pero en América Latina, este cambio radical en el modelo convencional de las universidades está muy lejos de convertirse en una realidad.

“Los talleres o cursos en línea son sólo un eslabón en la extensa cadena de procedimientos para la adquisición y divulgación del conocimiento. ¿Que se pierde el contacto directo con el docente? ¿Que se deshumaniza la cultura? No lo creo, expresa el profesor universitario Luis Yslas Prado.

“Durante mucho tiempo, por ejemplo, los libros sirvieron para la formación intelectual, sin que mediara un intercambio personal directo. Las universidades que se valgan de cursos en línea para la formación de sus estudiantes, sólo estarán incorporando nuevos procedimientos y  soportes, para el ejercicio de una labor tan antigua como el hombre: educar. Sí me parece que no se debería desechar del todo los viejos procedimientos educativos, el trabajo en aula, por ejemplo, pero es valioso e importante, además, que se incluyan los nuevos soportes tecnológicos y que se adapten a la enseñanza de las materias.

Los cursos en línea, además, permiten sortear las distancias espaciales y temporales típicos de la enseñanza, y si, como es el caso de algunas universidades, son gratuitos, pues vendrían a  solventar también el problema económico de muchos estudiantes. Eso, permitiría, universalizar más el conocimiento ¿No es ese acaso uno de los fines de la universidad?.

Lo que verdaderamente importa no son las formas en que se transmita el saber, sino que la formación universitaria (y también la de otros campos) se enriquezca con la incorporación de estos soportes, cada vez más masivos y útiles para la vida cotidiana”.

Para Carlos Emilio Raigoso, magister en Sociología y académico de la Universidad Nacional de Colombia, el desarrollo de la educación en línea en América Latina no es comparable con la de EE.UU. ni Europa, sobre todo tomando en cuenta que hay una gran cantidad de zonas rurales en donde el internet no llega.

Aemás, para poder estudiar en línea deben existir niveles de alfabetización más o menos desarrollados. No se trata de saber leer y escribir, sino de tener conocimientos que permitan al menos la interpretación de textos. Eso no puede desarrollarse a través de una máquina, es muy complicado. Aunque no quiero decir que no se logre, creo que es más fácil cuando oyes a alguien que difiere de tu opinión o a quien contrapone argumentos”, explicó Raigoso.

Según Raigoso, las universidades públicas en América Latina son de difícil acceso, en cuanto a  capacidades cognitivas. Entrar en una institución privada, en cambio, puede ser más fácil, pero se necesita la capacidad económica que permita costearla.

“En un modelo convencional de educación, podrías pensar que los que tienen más recursos pueden pagarse las universidades más prestigiosas y yo creo que el modelo en línea podría estar reproduciendo lo mismo. En la región, alguien que tenga recursos, no va a conectarse a internet sino que seguirá viajando para formarse en la universidad de Stanford o se quedará y acudirá a la mejor institución privada de Colombia”, dice el profesor colombiano.

Las conexiones en línea quedarían para las clases medias y bajas, con el agravante de que estos grupos pudieren carecer de formación adecuada. Si no consiguen desarrollar la disciplina y la capacidad de lectura y escritura, por ejemplo, llegarán a la universidad en línea y gratuita y no podrán mantenerse en ella, Volverán a ser discriminados, pero de otra forma, señala Raigoso.

En todo caso para estos académicos, las instituciones en América Latina están muy lejos de sentirse amenazadas por lo online y más bien realizan intentos por beneficiarse cada vez más de los avances de la tecnología.

Fuentes: BBC, CNN

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