La web nos permite renombrar nuestro Wi-Fi con un nombre tipo wifis.org/ejemplo, que previamente registremos en la plataforma.  A través de este nombre, otros usuarios podrán acceder a nuestra cuenta y mandarnos un correo electrónico desde el que nos pueden solicitar desde la opción de compartir Internet o hasta la posibilidad de tomar un café.

De esta forma, el propietario del Wi-Fi puede negociar con los interesados una fórmula de copago de Internet pero con la seguridad de que no le va a robar su contraseña sin su consentimiento. Así, se evita uno de los principales problemas de las Wi-Fi abiertas; la seguridad.

Aunque esta idea no creemos que gusten demasiado a los proveedores de servicios, totalmente en contra de que los clientes compartan conexiones, es una buena fórmula para ahorrarnos unos euros sin dejar de disfrutar de Internet.

Fuente: muyinternet.com