Lograr la convergencia opositora con el Partido Comunista (PC) y el Partido Progresista (PRO), sería una de las propuestas a considerar en el documento que la Concertación prepara para el 5 de octubre y que sería una reoxigenada hoja de ruta de la coalición.

La idea central es generar una nueva mayoría nacional democrática que permita la coordinación y articulación de la izquierda, centro-izquierda y el centro, lo que significaría materializar una convergencia entre las colectividades de la Concertación y el PC y el PRO.

Un propósito inicial sería que ese nuevo bloque opositor encare al Gobierno de Sebastián Piñera y se levante como alternativa a la derecha.

Un paso ya decidido, es el pacto electoral entre la Concertación y sectores de izquierda y del progresismo para las elecciones parlamentarias del próximo año. Y las conversaciones privadas destinadas a preparar una alianza electoral en las parlamentarias del 2013.

En ese camino, la presidenta del PPD, Carolina Tohá, aseguró que la convergencia que se propondría no es algo que “reemplace a la Concertación”, sino “un espacio donde nos encontremos las fuerzas de la Concertación y las que son de fuera de la Concertación”.

Claro que tanto Tohá como el presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, ya plantearon que la alianza prioritaria de la centro-izquierda es con el Partido Demócrata Cristiano (PDC), lo que constituye la base de la Concertación.

Pese a tensiones y declaraciones cruzadas, donde incluso se llegó a hablar de que algunos sectores estaban por romper con la DC y de un bloque entre ese partido y el PS, en los últimos días llegaron señales desde colectividades de la centro-izquierda en el sentido de que la alianza fundamental es con los democratacristianos.

Pero, al mismo tiempo, desde el PPD y el PS surgieron voces claras en el sentido de que es necesario y sería normal una convergencia con los comunistas y varios de sus dirigentes potenciados como candidatos.

Se sabe que existencia diálogos privados entre altos personeros de la Concertación con dirigentes del PC y del PRO tanteando alternativas y, prioritariamente, evaluando posibilidades y fórmulas de consagrar una articulación política cuya base sería enfrentar a la derecha y derrotarle primero en las municipales y luego en las parlamentarias.

Ya en estos días dirigentes y expertos de la Concertación están trabajando en el documento que se presentará el 5 de octubre –en un aniversario más del triunfo del NO en el plebiscito de 1988- y que contendrían una “reconstrucción” organizativa y programática destinada a exponer una propuesta renovada del conglomerado.

Osvaldo Andrade está coordinando el trabajo y se espera que a fines de esta semana aterrice un documento, esperando el visto bueno de las directivas de colectividades concertacionistas.

Seguramente el análisis de una articulación con el PC y el PRO traerá polémica, pero al mismo tiempo, se sostiene que eso energizaría a la coalición y le permitiría proyectar acuerdos político-electorales de largo alcance.

Habrá que esperar las respuestas de esos partidos. El secretario general del PC, Guillermo Teillier, ya precisó que su organización no quiere ni pretende entrar a la Concertación, pero su partido adoptó también el concepto de crear “una nueva mayoría nacional” democrática, a partir de lo cual abrió la puerta a una convergencia con los concertacionistas. Marco Enríquez-Ominami, líder del PRO, dijo que no tienen intenciones de tener acuerdos con la Concertación, pero quizá el nuevo esquema daría alguna posibilidad de articulación.

Son caminos que se están sondeando y el 5 de octubre podría existir mayor precisión.