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Tu vida en la Tierra es tu vida en el más allá

26 Septiembre 2011
Después de nuestra muerte física, nuestra alma se traslada a ámbitos aparentemente desconocidos, pero que ya se habían manifestado una y otra vez, cuando fuimos hombres.
Juan Lama Ortega >
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El alma, como hombre, está en la escuela de la vida Tierra para realizar la vida de la Sabiduría divina, de manera que se acerque paso a paso a la perfección, su origen. Entonces no tendrá que sufrir los acontecimientos del destino que ha traído a la vida terrenal y que todavía yacen en ella de manera latente, porque mediante el cambio de su vida y el cumplimiento de las leyes divinas habrá pasado a otros ritmos vitales superiores.

Es una característica muy humana el que siempre echemos la culpa a los demás cuando algo nos falla o cuando nos sorprende la mala suerte. Pero si nos ponemos la medida a nosotros mismos, comprobaremos que no somos tan nobles como nos hemos auto-valorado. Como muy raramente nos observamos, también nos engañamos.

La mayoría de las personas no están solamente divididas en conciencia despierta y subconsciente, sino que están divididas de forma múltiple, porque el mundo de sus sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras y actos es contradictorio la mayoría de las veces. Por añadidura están también los múltiples deseos y pasiones que se manifiestan a través de sentimientos, sensaciones y pensamientos.

Después de nuestra muerte física, nuestra alma se traslada a ámbitos aparentemente desconocidos, pero que ya se habían manifestado una y otra vez, cuando fuimos hombres, en nuestro mundo de sentimientos, sensaciones y pensamientos. Como no nos hemos controlado siendo hombres ni analizado nuestros sentimientos, sensaciones y pensamientos, nuestra alma será una extraña en otro país que, al fin y al cabo, nos hemos creado nosotros mismos siendo hombres mediante nuestra manera de sentir y pensar. Cuando siendo hombres no controlamos nuestros sentimientos, sensaciones y pensamientos, significa que vivimos de manera inconsciente y no nos conocemos a nosotros mismos. Como alma tampoco sabremos quiénes somos verdaderamente.

Las obras del hombre constituyen el mundo de su ego, la ley de su propio yo, o sea, su destino. Hasta la más mínima falta contra la ley de la vida está registrada. Si por ejemplo el hombre ha matado a propósito a animales, no solamente estará registrado este hecho, sino también lo que ha conducido a este acto, es decir los sentimientos, sensaciones y pensamientos que le habían inducido a ello. Lo mismo sucede con las causas que le han inducido a beber alcohol para embriagarse; y también estarán registrados todos los sentimientos, sensaciones y pensamientos, las causas que están adheridas alrededor de esta raíz del mal.

Después de la muerte el alma sigue viviendo en estas imágenes que se le van haciendo concientes paulatinamente. Para el alma que no ha despertado, son realidad. Si el hombre no ha dominado su vida en la escuela de la vida, el alma, después de despojarse de la envoltura humana, vivirá al principio en las imágenes que han sido las últimas impresiones durante su vida.

De la publicación: “Tu vida en la Tierra, es tu vida en el más allá”

 Vida Universal

Juan Lama Ortega

www.editorialvidauniversal.com

Foto: Official U.S. Navy Imagery (CC).

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