El mundo del espectáculo chileno que comienza a las 08:00 hrs. con los programas especializados en indagar en la vida de los demás, vive su propio mundo. En las pocas veces que los he visto –para criticar, hay que leer, ver o escuchar- los libretos se basan en supuestos hechos que son de interés nacional, si la Kenita terminó con el pololo, o la Faloon se “recauchó” o las aventuras nocturnas y amores de algún modelo o futbolista de moda. Los matinales de TV, por otra parte, acompañan a las amas de casa, mientras éstas se preocupan de los deberes hogareños: cocinar, lavar, hacer el aseo. La caja televisiva busca llenar los espacios vacíos que quedan entre hacer una cama, barrer la cocina o tomarse un tecito. Y así pasan los días de esos aparatos de diversas pulgadas que forman parte del paisaje de casi todos los hogares de Chile.
Y un día la Caja habló… Y, como en los cuentos, un día cualquiera, la Caja de TV habló, y lo hizo a través de uno de sus personajes queridos y admirados del canal estatal, TVN. Le llaman el Halcón. “Yo quiero pedirle, a título personal, pero sé que represento a la gran mayoría de los chilenos”, dijo este plumífero e interpeló al Gobierno y al Presidente Piñera, a través del Ministro Hinzpeter para que “se opongan con toda la fuerza que sea necesaria a esta termoeléctrica que quieren poner en un santuario maravilloso”.
Y la voz del Halcón, el conductor Felipe Camiroaga, se escuchó más allá de Chicureo, llegó a La Moneda y a muchos los rincones de esta larga y angosta franja llamada Chile.
Un "Ohhh" recorrió el país. Y doña Juanita, allá en Punta de Choros, se quedó parada de frente a la caja y no lo podía creer. Felipe Camiroaga alzaba la bandera de defensa del frágil ecosistema que la rodea. Y por las redes como Twitter y Facebook se corría la voz, y otros recibían un correo electrónico con el link del video que “San Youtube” ya tenía a disposición. Y se sumó este fuerte aleteó a las miles de voces que hace rato se movilizaban por un "No a las Termoeléctricas". Y el Presidente Piñera entendió que esta vez tenía que mostrar coherencia.
Gracias Felipe, necesitamos otros como tú. Que alguien más salga de esa caja, que tomen la bandera del respeto a nuestra madre tierra y levanten la voz por quienes somos apenas un murmullo frente a los poderosos gigantes de la comunicación que moldean al país.