Enfrentado el gran poeta iquiqueño Oscar Hahn al dilema de explicar porque hace lo que hace, hizo el siguiente ejercicio:
“¿Por qué escribe ud?
Porque el fantasma, porque ayer porque hoy:
porque mañana, porque sí, porque no…”
A menudo las razones no vienen solas, ni articuladas, tenemos dentro de la cabeza una maquina de articular, que arma un tejido de un conjunto de razones que brotan de lados diversos, a veces, en direcciones contrarias y distintas velocidades. Su poema lo refleja bien.
Parafraseando al poeta, con humildad y menos talento, diremos que hicimos un Diario Ciudadano en Tarapacá por…
Porque Iquique, porque el mar, porque la boya, porque Prat, porque la vida, porque el pampino, porque la sangre, porque el minero, porque el futuro, por que el pasado, por que la lucha, porque la sal.
Porque el salitre amargo, porque el camino incaico, porque Pisagua, porque el tamarugo, porque La Tirana, porque que el turista busca el salar.
Porque el caporal, porque la brisa, porque el parapente, porque el chumbeque.
Porque el colombiano y la ecuatoriana, porque el calor, porque el reloj del cerro, porque el skater.
Porque la ZOFRI, porque el colectivero anárquico, porque el corredor de dos océanos que aún nos se ven.
Porque el norte, porque crecer, porque la alegría, porque la albacora, porque el cavanchino.
Porque la duna, porque el puerto, porque la caleta, porque la pesca, porque la mar, porque amar, porque bucear, porque horadar la roca, porque el gigante, porque pintados, porque Pozo Almonte, porque el tsunami, porque Chanavayita, porque el papel ya se acabó.
Porque la ciudad, porque ciudadanos, porque opinando se hace opinión, porque divergente, porque libertad, porque estar a favor, porque estar en contra,
Porque el espacio, porque acá sí, porque aquí sí, porque así sí que sí.