La Vida y Obra del Primer Gran Antofagastino de El Nortero

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Luis Núñez San Martín es un artista en toda la extensión de la palabra. Ha demostrado con creces que tiene la sensibilidad y capacidad de interpretar su entorno a través de una obra.
Sin embargo, hay que ir más allá. Nacido en Chuquicamata en 1968, la vida y sus circunstancias lo llevaron a vivir parte de su infancia lejos de su familia, internado en el Hogar de menores que estaba ubicado en la calle Carrera en Antofagasta.
Recuerda que durante horas dibujaba los barcos que llegaban al Puerto, desde una de las escaleras del viejo edificio. Su habilidad lo llevó a destacarse entre sus compañeros y a ganar su primer concurso cuando tenía 11 años, en 1979.
La prensa de ese entonces destacó el triunfo obtenido en esta competencia nacional organizada en ese entonces por Cordam.
Una vez de vuelta a su hogar, nunca dejó de pintar, a pesar de las circunstancias muchas veces adversas. Sin embargo, la necesidad de generar ingresos lo llevó a trabajar en diferentes empresas, en áreas casi siempre relacionadas con publicidad y marketing, hasta que descubrió en la orfebrería una buena forma de combinar su espíritu creativo con el negocio.
Con el pasar de los años, decidió terminar con ese rubro y dedicarse íntegramente a la pintura. Así, el nuevo milenio fue para Luis un nuevo comienzo. Con sus obras bajo el brazo recorrió la ciudad buscando oportunidades. Las encontró en la Casa de la Cultura, donde tuvo un taller de arte con clases para niños y adultos.
En 2002 hizo su primera exposición, titulada “Homenaje a Antofagasta”, que retrataba vistas antiguas de la ciudad.
En 2003, junto con ganar su primer Fondart, tomó clases con el maestro Enrique Campuzano. Una vez al mes viajaba a Santiago para escuchar las críticas y consejos del destacado representante de la técnica del hiperrealismo.
A partir de ese momento comenzó a depurar su técnica y a participar en consecutivas exposiciones colectivas y tradicionales concursos como el “Rincones de mi Ciudad”, “Salón Plástica Antofagastina”, “Cristo en el Arte”, entre muchos otros, destacando su participación en SIART, donde fue uno de los tres chilenos escogidos para participar.
Un hito importante en su carrera fue la exposición que concretó en el Congreso Nacional, con “Antofagasta, nuestro pasado. Mi ciudad renace en la pintura”.
Ha estado también presente en la Casa Abaroa, Galería de Carmen Codoceo, Pontificia Universidad Católica de Chile, Museo de Artes Contemporáneo de Valdivia, entre otros importantes centros culturales.
En 2007 realizó una galería de retratos de los 32 alcaldes históricos de la ciudad, lo que implicó un trabajo de investigación único en su tipo y comenzó a trabajar en su segundo Fondart, “Oficios Olvidados en el Tiempo”.
Trabajador incasable, este año logró concretar un sueño surgido en la Corporación ProA: rescatar un edificio patrimonial ubicado en pleno centro de Antofagasta, a través de un mural de mil metros cuadrados, hasta ahora, el más grande de Chile. Así nació el proyecto Plazoleta del Salitre, que incluye el conjunto escultórico “El Aguador”.
En todos sus trabajos se respira nortinidad. Asegura que nada es más cierto que “sólo conociendo y respetando nuestro pasado podemos seguir avanzando hacia el futuro”. Es por ello que en cada una de sus obras se refleja parte de nuestra historia, pues “es el arte el medio idóneo para acerca a la gente a nuestras raíces, planteando temas que van más allá de lo estético y provocan un sentimiento común de arraigo e identidad”.
El apoyo que ha tenido como postulante a Gran Antofagastino del Año es el reflejo de la necesidad que existe en la ciudad por más espacios destinados a la cultura y el arte. Su carrera y trayectoria avalan esta nominación y compartir este honor con destacados personajes lo llena de orgullo.
Su impresionante capacidad de trabajo, generosidad a la hora de compartir sus conocimientos, perseverancia y perfeccionamiento constante, son algunos de los méritos que se pueden destacar.
Pero lo más cierto es que pueden encontrar sus trabajos en luisnunezsanmartin.blogspot.com. Mal que mal, una imagen vale mil palabras.
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