Antofagasta, ¡Despierta!

Antofagasta, ¡Despierta!

17 Octubre 2008
Cuando recordamos la Antofagasta de antes, incluso con todas las carencias de hace unos años, aún da para pensar que todo tiempo pasado fue mejor. Es hora de que recuperemos la identidad y aprendamos a querer nuestra ciudad. Por Arturo Basadre
Arturo Basadre Reyes >
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Estimados amigos antofagastinos, realmente quienes nacimos en esta tierra la amamos la queremos, por sobre todo nos gustaría que volviera a ser "La Perla del Norte", con todas sus carencias, con agua día por medio, con estanques y tambores de agua en los techos, con las calles en las poblaciones de tierra, sin aceras con fachadas en las poblaciones de cemento y madera al natural.
Con el almacén, la carnicería y librería en la esquina de nuestros hogares, almacenes de barrio, con familias completas detrás del mostrador, con un cuaderno manchado con verduras y aceites, donde registraban los créditos, con la escuela cerca o lejos del barrio con los niños caminando cuadras y cuadras por la falta de movilización.
Con entretenciones tan simples como arrendar una cámara de automóvil, como embarcación en el balneario municipal, con aquel recordado y extinto amigo Peter Fonda, o tirando el churro entre el club náutico y el club de yates en la poza histórica, nadando en medio de goletas, faluchos y con el astillero de la Foram de fondo. Y con el paseo por mítico Edén.
Parece una volada de esas de cerrar los ojos y pensar que sacrificada vida juntos a nuestros padres. No obstante, todas esas carencias se suplían en las poblaciones: no existían veredas, es cierto, pero no había basura; las calles no estaban pavimentadas, pero los conductores particulares y de movilización colectiva, se detenían en la pichanga de barrio o en el juego de las naciones, frenaba ante la imprudencia de lanzarse calles abajo por loas calles del centro en aquel carro de rodamientos.
Hoy todos sabemos que simplemente no se ven.
Cómo añoro esos años que a pesar que las calles pavimentaron, pero mal ejecutadas, las veredas se hicieron y hoy están rotas y la basura abunda, las calles son autódromos y monumentos a la esquizofrenia conductual de los potentados y pseudos-émulos de pilotos de Formula 1.
Puchas que ha cambiado mi ciudad: hoy da lo mismo si se roba, se drogan o se matan; si existen víctimas en un incendio; o si un camión gigantesco derriba 10 postes; o si unos jóvenes corren de madrugada; o si la costanera es pista de carreras durante todo el día, te chocan y el fiscal archiva el juicio luego de un año en la cual solo tomaron un declaración; o qué importa que la víctima esté alejada de su trabajo y postrado en cama, ni un llamado del propietario o el chofer para preguntar por su salud.
Se suspende un partido de fútbol,porque el Estadio Regional no reúne garantías de seguridad... ¿De qué?, si los que asisten al fútbol son los mismos y en general nuestra ciudad tiene buen comportamiento. Es que en Santiago las barras bravas causan destrozos... ¿Quién dice eso? alguien que las conoce y que no es de nuestra ciudad, porque le es más fácil hablar de la óptica que conoce antes que tratar de entender la nuestra conducta.
Creo que nuestra identidad no existe, este norte siempre lo forjaron personajes señeros que vieron la riqueza, que nosotros trabajamos y no observamos, alguien la llamó certeramente “Antofagasta Dormida”, ¿estaremos dispuestos a seguir durmiendo, soñando por un futuro mejor?
¡Vamos! ¡Despertemos! ¡Vamos a trabajar por un Antofagasta mejor!
Foto: adrianpics
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