Buenas conversaciones, buenos futuros
La Novedad del Padre Hurtado
21 Agosto 2008
Rendir un homenaje al P. Hurtado, hoy, es tener el mismo vínculo que Él tenía con Jesucristo y atreverse a hacer hoy lo que él hizo en su época. Por Orlando Contreras sj.
Orlando Contrer... >
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El lunes 18 recién pasado celebramos la Pascua del Padre Hurtado, chileno y jesuita, quien es reconocido por ser un hombre santo. Teniendo presente la multitud de santos ¿Cuál es la novedad del Padre Hurtado? ¿Qué es lo peculiar en él? Esto es menos importante si consideramos que la obra por la cual él es reconocido es el Hogar de Cristo.
Sin embargo podemos afirmar que el Hogar de Cristo no es la obra más importante del Padre Hurtado. Sin duda que era la más querida por él porque por medio de ella, la Iglesia, sale al encuentro de los que sufren devolviéndoles la esperanza. Pero no es la que revela la novedad del Padre Hurtado y su peculiar manera de vivir el cristianismo. Esto queda demostrado en el simple hecho que el Hogar de Cristo nació, para acoger y aliviar los dolores de los pobres, oficialmente el año 1944, pero él, reflexionando sobre las causas de la pobreza, en 1947, fundó la ASICH (Asociación Sindical Chilena). Por medio de esta nueva obra, considerando los problemas sociales de la época, el Padre Hurtado buscaba difundir la doctrina social de la Iglesia, favorecer la organización sindical de los trabajadores y darles formación para que defendieran sus derechos desde la mística cristiana.
Posteriormente, la mirada atenta y reflexiva de lo que pasaba en el país llevó al Padre Hurtado a remover la conciencia de los intelectuales, políticos y empresarios de la época fundando la Revista Mensaje un año antes de su muerte: Octubre de 1951. Por medio de ella deseaba “orientar y ser testimonio de la presencia de la Iglesia en el mundo contemporáneo”.
Por último el Padre Hurtado nos recordó algo que, por el pecado propio de la Iglesia, no queríamos ver ni reconocer: EL POBRE ES CRISTO. En el pobre Cristo está solo, es despreciado, es humillado y es pisoteado. Si deseamos encontrarnos con Jesucristo, hoy, tenemos que acercarnos a los pobres y, en ellos, quedarnos con Él. De tanta importancia era esto para el Padre Hurtado que se atrevió a decir que “se engaña si pretende ser cristiano quien acude con frecuencia al templo, pero no procura aliviar las miserias del pobre. Se engaña quien piensa con frecuencia en el cielo, pero se olvida de las miserias de la tierra en que vive. No menos se engañan los jóvenes y adultos que se creen buenos porque no aceptan pensamientos groseros, pero no capaces de sacrificarse por sus próximos”.
¿Qué importancia tiene todo? Mucha. Ello porque, en primer lugar, el Padre Hurtado esta identificado y reducido al Hogar de Cristo; hacer esto es traicionar la esencia y peculiaridad de la santidad del Padre Hurtado. Segundo porque deliberadamente se optó por ocultar el sentido social de este jesuita. Esto quedó claro en la película que conocemos de él y que se dio con ocasión de su beatificación el año 1994 en el Canal 13 (Crónica de un hombre Santo) En ella, deliberadamente se oculta la creación de la revista Mensaje como la obra que culmina el desarrollo del pensamiento del Padre Hurtado un año antes de morir.
Nos preguntamos por la causa de la santidad del Padre Hurtado y la peculiaridad de la misma. Me parece que la causa era su estrecho y permanente vínculo con la persona de Jesucristo y su proyecto del reino. Leyendo sus cartas, y escritos más personales, a uno le queda la sensación que el Padre Hurtado no tenía otra razón que vivir en Dios y para el Dios revelado en el Jesús de los Evangelios. Esta particular relación del Padre Hurtado con Jesús fue lo que lo movió a reflexionar y pensar los problemas sociales de su época; fue Jesucristo el que lo movió a buscar que los jóvenes de su época se “chiflaran” por Él y su causa; fue Jesucristo a quien él reconoció en los pobres; fue Jesucristo quien lo movió a fundar la ASICH y la Revista Mensaje; y fue el mismo Jesucristo quien lo llevo a sufrir con esperanza el cáncer que finalmente lo saco de este mundo.
Los Obispos de América Latina y El Caribe están moviendo a toda la Iglesia a una gran misión que tiene como principal objetivo dejarnos encontrar por la persona de Jesús. Fruto de ese encuentro han de surgir hombres y mujeres que, como el Padre Hurtado, se atrevan a cuestionar el modo como vivimos nuestro cristianismo en el Chile de hoy; se atrevan a hacerse preguntas que revelan que nos hacemos cargo de los desafíos que brotan a la acción evangelizadora de la Iglesia desde la globalización y los cambios culturales que vivimos en la actualidad. Rendir un homenaje al P. Hurtado, hoy, es tener el mismo vínculo que Él tenía con Jesucristo y atreverse a hacer hoy lo que él hizo en su época.
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"Las opiniones vertidas en los comentarios son de exclusiva responsabilidad de los ciudadanos que las emiten y no representan necesariamente a El Nortero, medio que sólo actúa como plataforma de expresión democrática. Más detalles en Normas de Uso para Comentarios"
Sin embargo podemos afirmar que el Hogar de Cristo no es la obra más importante del Padre Hurtado. Sin duda que era la más querida por él porque por medio de ella, la Iglesia, sale al encuentro de los que sufren devolviéndoles la esperanza. Pero no es la que revela la novedad del Padre Hurtado y su peculiar manera de vivir el cristianismo. Esto queda demostrado en el simple hecho que el Hogar de Cristo nació, para acoger y aliviar los dolores de los pobres, oficialmente el año 1944, pero él, reflexionando sobre las causas de la pobreza, en 1947, fundó la ASICH (Asociación Sindical Chilena). Por medio de esta nueva obra, considerando los problemas sociales de la época, el Padre Hurtado buscaba difundir la doctrina social de la Iglesia, favorecer la organización sindical de los trabajadores y darles formación para que defendieran sus derechos desde la mística cristiana.
Posteriormente, la mirada atenta y reflexiva de lo que pasaba en el país llevó al Padre Hurtado a remover la conciencia de los intelectuales, políticos y empresarios de la época fundando la Revista Mensaje un año antes de su muerte: Octubre de 1951. Por medio de ella deseaba “orientar y ser testimonio de la presencia de la Iglesia en el mundo contemporáneo”.
Por último el Padre Hurtado nos recordó algo que, por el pecado propio de la Iglesia, no queríamos ver ni reconocer: EL POBRE ES CRISTO. En el pobre Cristo está solo, es despreciado, es humillado y es pisoteado. Si deseamos encontrarnos con Jesucristo, hoy, tenemos que acercarnos a los pobres y, en ellos, quedarnos con Él. De tanta importancia era esto para el Padre Hurtado que se atrevió a decir que “se engaña si pretende ser cristiano quien acude con frecuencia al templo, pero no procura aliviar las miserias del pobre. Se engaña quien piensa con frecuencia en el cielo, pero se olvida de las miserias de la tierra en que vive. No menos se engañan los jóvenes y adultos que se creen buenos porque no aceptan pensamientos groseros, pero no capaces de sacrificarse por sus próximos”.
¿Qué importancia tiene todo? Mucha. Ello porque, en primer lugar, el Padre Hurtado esta identificado y reducido al Hogar de Cristo; hacer esto es traicionar la esencia y peculiaridad de la santidad del Padre Hurtado. Segundo porque deliberadamente se optó por ocultar el sentido social de este jesuita. Esto quedó claro en la película que conocemos de él y que se dio con ocasión de su beatificación el año 1994 en el Canal 13 (Crónica de un hombre Santo) En ella, deliberadamente se oculta la creación de la revista Mensaje como la obra que culmina el desarrollo del pensamiento del Padre Hurtado un año antes de morir.
Nos preguntamos por la causa de la santidad del Padre Hurtado y la peculiaridad de la misma. Me parece que la causa era su estrecho y permanente vínculo con la persona de Jesucristo y su proyecto del reino. Leyendo sus cartas, y escritos más personales, a uno le queda la sensación que el Padre Hurtado no tenía otra razón que vivir en Dios y para el Dios revelado en el Jesús de los Evangelios. Esta particular relación del Padre Hurtado con Jesús fue lo que lo movió a reflexionar y pensar los problemas sociales de su época; fue Jesucristo el que lo movió a buscar que los jóvenes de su época se “chiflaran” por Él y su causa; fue Jesucristo a quien él reconoció en los pobres; fue Jesucristo quien lo movió a fundar la ASICH y la Revista Mensaje; y fue el mismo Jesucristo quien lo llevo a sufrir con esperanza el cáncer que finalmente lo saco de este mundo.
Los Obispos de América Latina y El Caribe están moviendo a toda la Iglesia a una gran misión que tiene como principal objetivo dejarnos encontrar por la persona de Jesús. Fruto de ese encuentro han de surgir hombres y mujeres que, como el Padre Hurtado, se atrevan a cuestionar el modo como vivimos nuestro cristianismo en el Chile de hoy; se atrevan a hacerse preguntas que revelan que nos hacemos cargo de los desafíos que brotan a la acción evangelizadora de la Iglesia desde la globalización y los cambios culturales que vivimos en la actualidad. Rendir un homenaje al P. Hurtado, hoy, es tener el mismo vínculo que Él tenía con Jesucristo y atreverse a hacer hoy lo que él hizo en su época.
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