Carta Abierta a la Madre de Jorge Matute

Carta Abierta a la Madre de Jorge Matute

22 Junio 2008
Ante la ciega justicia que no llevó a los criminales de su hijo a la cárcel, tenga usted la certeza que todos tendremos siempre el recuerdo de él en nuestro corazón. Por José Martínez Fernández
José Martínez F... >
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Señora María Teresa Johns:
Yo sé, como todos los chilenos saben y como usted lo dice, que los asesinos de su hijo son hombres jóvenes, ex-universitarios, tal como lo comprobaron agentes de Investigaciones.
La justicia, tuerta, ciega y coja, una vez más no ha sido tal. Los asesinos no se están riendo. Están absorbidos en su miedo y en su cobardía. Suelen los chacales matar y luego arrastrar el cuerpo de la víctima hacia otro lugar.
Eso sucedió con su hijo Jorge Matute Johns. Chacales que tienen nombres, que son reconocibles, animales cobardes, son los que una noche de hace casi una década destrozaron los sueños de su hijo y los sueños de usted, de su esposo y de su hermano.
Me gusta esa actitud suya de querer acusar constitucionalmente al injusto juez.
Que los parlamentarios se pongan la mano en el corazón y destituyan al Ministro Rubilar.
Si usted u otra madre sufre la desaparición y muerte de su hijo tiene toda la razón de mover tierra, mar y cielo en son de la verdad.
Si el crimen de su hijo, como antes los crímenes y desapariciones de otros hijos, no obtienen justicia en Chile, persista. Es usted una mujer fuerte, es usted una mujer valiente. Usted me recuerda a las bravas mujeres mapuche.
Si el parlamento no destituye a Rubilar, vaya usted, como lo dijo, a una corte internacional. ¿Hasta cuándo en Chile la justicia va a seguir callando y dejando libre a asesinos, violadores y otros sujetos que son actores de delitos violentos?
Se lleva a la cárcel a quien roba una gallina y a los criminales y secuestradores de jóvenes se les da escasa o nula pena. ¡Que vergüenza!
Usted señaló, ayer jueves en la noche en TVN, que el Ministro Rubilar sufrirá algún día como usted ha sufrido. Sí, señora María Teresa. Será así. La diferencia es que es usted una víctima, él es culpable de no hacer justicia. Enorme diferencia.
Creo en la justicia terrenal. Si ella no sale de los tribunales recuerde usted que en la vida el cuerpo nos pasa la cuenta. La conciencia exige la restitución del bien y de la verdadera justicia. La conciencia persigue al injusto.
El Ministro Rubilar tendrá, algún día, que autoanalizarse: entonces verá cuánto daño hizo.
Y como otros Ministros de “Justicia”, así lo señala Alejandra Matus en su “Libro negro de la justicia chilena”, puede que un día se haga sus necesidades en los pantalones; sea sometido al escarnio público y puede ser que muera “botado” como sucedió con un Supremo hace uno o dos años. Un Supremo que se caracterizó, como muchos de ellos, por sus abusos y sus injusticias.
En el intertanto señora María Teresa Johns haga lo que dijo iba a hacer: vaya al Parlamento, pida la acusación contra el Ministro Rubilar, y si allí no pasa nada recurra a una instancia judicial internacional.
Piense: todos los chilenos con sentimientos y todos los extranjeros de igual calidad, están con usted. Lloran y sufren como si el dolor suyo fuera el de ellos.
Los chacales que mataron a Jorge Matute están en sus cuevas, sus casas, como los cobardes que son. La gente de Chile los conoce y si pudiera atravesarse con ellos les escupiría la cara y les diría lo que son: ASESINOS. ¡Pero qué van a salir, si toda la gente les repudia!
Esa lacra no debiera existir: todas las madres de Chile y del extranjero así lo desearían porque en ella está la serpiente que quiere destruir a sus hijos. Nadie tiene derecho quitar la vida a nadie y peor aún: intentar o hacer desaparecer su cuerpo.
Eso ocurrió con su hijo Jorge. Por ello entiendo la batalla incansable de usted. Por ello estoy con usted como estoy con las madres y familiares de víctimas de iguales delitos.
Tenga mi solidaridad y mi denuncia. Es mi aporte a su verdad que es la VERDAD que todos debemos entender. En su batalla y en su dolor, no podemos estar indiferentes.
Al terminar esta columna son las 12, 10 horas del viernes 16 de mayo de 2008.
Santiago de Chile está poniéndose muy frío. Su corazón jamás estará así. Batallará siempre por conseguir que los chacales estén en prisión.