La Envidia: ¿Un Defecto Chileno?

La Envidia: ¿Un Defecto Chileno?

19 Junio 2008
Se nos ha calificado muchas veces como “chaqueteros”, con lo cual se quiere decir que “cogemos de la chaqueta” al que mejora su situación buscando en lo posible que no siga subiendo. Por Luis Felipe Pizarro M.
Luis Felipe Piz... >
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Se ha dicho que una de las taras morales más negativas de nuestro carácter como chilenos es la envidia, si bien ésta es una generalización y toda generalización implica una abstracción difícil de acometer, no es menos cierto que este rasgo se manifiesta en gran parte nosotros.
Lo anterior se observa en distintos ámbitos, es frecuente observar como se vitupera e incluso se llega a atribuir una serie de argumentos negativos a quien tiene éxito, más aun si éste se evidencia en aspectos externos, se nos ha calificado muchas veces como “chaqueteros”, con lo cual se quiere significar, que “cogemos de la chaqueta” al que mejora su situación buscando en lo posible que no siga subiendo.
La envidia constituye un freno para el avance de nuestro país, el crecimiento nacional pasa necesariamente por el engrandecimiento individual y ocurre que la envidia genera un efecto lamentable: la única forma de surgir es en silencio, ser exitoso en nuestro país puede transformarse en el peor pecado y al ser tomado como tal, precisamente no constituye un modelo, tampoco un aliciente para la juventud y en ellos se observa un ambiente gris, depresivo y sin perspectivas. ¿Ha notado que cuando una persona hace dinero por sus esfuerzos los demás se asombren y traten de explicar sus especulaciones? Algunos dicen que ha robado, otros que ha estafado y no falta el que lo atribuya al tráfico o a la suerte, ello porque, según muchos, a la persona que progresa no se le conoce talento alguno sino sagacidad para el engaño.
Lo anterior genera también que el éxito no tenga reconocimiento. Es necesario que destaquemos a quienes, producto de su esfuerzo y constancia, obtienen logros en distintas áreas de la vida. Lo anterior contrasta con lo que ha sido nuestra historia en el sentido de reconocer a nuestros grandes. Ejemplo de ello es la gran poetisa Gabriela Mistral, elogiada a nivel mundial quien recibiera el Premio Nacional de Literatura después de recibir el Premio Nobel. A veces parece que más que ser inteligente más importante es ser prudente, entendiendo por tal al que no despierta la crítica de quienes lo rodean.
También la envidia impide el adecuado trabajo en equipo, indispensable en el mundo en que vivimos actualmente. Este defecto crea rupturas que perjudican la productividad y, la mayor de la veces, conflictos que no se logran superar.
Algunos autores como Alberto Cabero han señalado que la envidia es una enfermedad del país y a causa de ella cualquier extranjero medio puede prosperar en Chile protegido por sus connacionales, y el chileno bien preparado y sin vicios no surge, detenido por sus compatriotas que le estorban el paso. Hay una permanente hostilidad al bienestar de los demás, se envidia la fortuna, el talento, la situación social, política y hasta la reputación y honorabilidad.
Creo que todos, en mayor o menor medida, hemos sentido envidia alguna vez, sin embargo, sabemos los efectos que genera este nocivo defecto, el que no creo sea propiamente un defecto chileno, así con denominación de origen; pero sí es frecuente observarlo y escucharlo constantemente de manera que si no logramos avanzar en este aspecto, mientras nuestra actitud moral no cambie y no superemos este torvo escollo, seguiremos rezagados en este mundo cada vez más globalizado.
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